Hoy entrevistamos a Juan Carlos Ojam, abogado especializado en propiedad intelectual, con más de tres décadas de experiencia en el sector. A lo largo de su carrera ha acompañado a empresas, emprendedores y creativos a proteger y potenciar sus innovaciones, combinando la solidez técnica con un enfoque práctico, orientado al negocio y cercano al cliente.
Hincha de River en fútbol y de San Albano en rugby, encuentra en el golf su actividad recreativa favorita, un espacio que —según él— lo obliga a desconectar, pensar con calma y ejercitar la paciencia. A la hora de elegir, no duda: asado y café son sus infaltables. Entre playa y montaña, se queda con ambas, pero en distintas temporadas, y cuando se trata de lectura, prefiere los libros en papel por la experiencia física de leer.
Entre los lugares que lo inspiran y a los que siempre quiere volver, menciona Río de Janeiro y San Martín de los Andes, dos destinos distintos que lo recargan de energía y le recuerdan cuánto disfruta del viaje y la naturaleza.
1. ¿Qué te motivó a estudiar Derecho?
Me formé en Derecho con la convicción de que las ideas y creaciones merecen un marco de protección sólido para poder crecer.
La propiedad intelectual me atrajo por esa mezcla única de técnica jurídica, estrategia y conexión con sectores tan diversos como el arte, la tecnología o la innovación. Una disciplina que protege lo intangible y le da valor en el mundo real.
2. ¿Cómo comenzó tu carrera profesional y cuál fue tu primer desafío relevante?
Empecé a trabajar en Clarke Modet Argentina (una boutique de IP) mientras era un estudiante en la facultad de Derecho de la Universidad Católica Argentina. El gran desafío llegó en 1994, a pocos años de estar recibido de como abogado, cuando los socios en aquel momento, decidieron irse a formar su propio despacho y, con ellos, partió también una buena cantidad de clientes. Reorganizar el estudio y volver al mercado para mostrar que seguíamos vivos fue un reto enorme. Presentarme en sociedad en el congreso anual de la International Trademark Association (INTA) en Orlando (EEUU) en 1995 fue clave para reposicionar nuestra presencia.
3. ¿Hubo algún momento bisagra o punto de inflexión que marcó tu camino?
Ese momento de crisis y reconstrucción fue, sin duda, mi punto de inflexión. Me obligó a salir de la zona de confort, aceptar el desafío y a entender que una firma de abogados es mucho más que sus clientes actuales y que la credibilidad se construye todos los días.
4. ¿Tuviste algún mentor o figura clave en tu desarrollo profesional?
Sí. Álvaro Cabeza, entonces Director de Marcas en Clarke Modet Madrid, me enseñó lo que no se aprende en la universidad: escuchar, generar confianza y trabajar con ética impecable. Su generosidad dejó una huella que trasciende lo profesional y que hoy sigue siendo parte de mi vida.
5. ¿Qué consejo le darías a una persona joven que aspira a ocupar cargos de liderazgo en el ámbito jurídico?
El derecho se aprende; el liderazgo se cultiva. Además de conocer la ley, desarrollá tu capacidad de escuchar, comunicar y generar confianza. Un buen líder jurídico inspira a su equipo para dar lo mejor de sí.
. ¿Cómo ha cambiado el ejercicio del Derecho desde que comenzaste hasta hoy?
Cuando empecé, el ejercicio era mucho más rígido y dependiente del papel, de las bibliotecas físicas y de un trato cara a cara casi obligatorio. Hoy el mundo digital cambió todo: la información es inmediata, los clientes esperan respuestas en horas, no en días, y la competencia es global. Eso obliga a ser más ágil, más interdisciplinario y a incorporar tecnología sin perder la esencia de lo que hacemos.
7. ¿Qué competencias considerás indispensables para ejercer hoy la abogacía con impacto?
Además del conocimiento técnico, hay que tener visión estratégica, capacidad de adaptación y manejo de herramientas digitales. Saber leer un contrato es básico, pero saber leer un contexto de negocio o un mercado es lo que marca la diferencia. Y, sobre todo, entender que el valor está en resolver problemas, no en recitar leyes.
8. ¿Cuál es, a tu criterio, el mayor desafío que enfrenta la profesión legal en la actualidad?
Creo que el gran desafío es mantenerse relevante en un entorno que cambia más rápido que la normativa. Las empresas y los emprendedores necesitan abogados que no solo sepan decir “esto no se puede”, sino que ayuden a encontrar cómo sí se puede, de forma segura y creativa.
9. ¿Qué lugar tienen las habilidades blandas en un entorno jurídico tradicionalmente técnico?
Cada vez más, son el diferencial. Un cliente no solo busca al mejor técnicamente, sino a quien lo entienda, le inspire confianza y le transmita seguridad. Saber escuchar, negociar, liderar equipos y comunicar con claridad son habilidades que pueden salvar un caso o una relación a largo plazo.
10. ¿Creés que el Derecho está lo suficientemente conectado con las necesidades del negocio y la sociedad?
En algunos ámbitos sí, pero en muchos todavía no. Hay un desfasaje entre lo que la ley regula y lo que la sociedad y los negocios demandan. Por eso es clave que los abogados se involucren más allá del expediente: entender la industria del cliente, su contexto y sus desafíos reales. El Derecho gana relevancia cuando es parte de la solución, no un obstáculo.
11. ¿Cómo describirías tu estilo de liderazgo?
Mi estilo es cercano y participativo. Me gusta que las personas con las que trabajo sientan que pueden aportar ideas, que tienen espacio para equivocarse y aprender, y que cuentan con mi respaldo. Creo más en guiar que en imponer.
12. ¿Qué desafíos presenta liderar equipos jurídicos en entornos tan cambiantes?
Lo más desafiante es equilibrar la estabilidad que el trabajo jurídico necesita con la flexibilidad que exige el contexto. La ley es estable, pero el negocio y la tecnología se mueven rápido. Hay que saber adaptarse sin perder rigurosidad, y eso requiere mucha comunicación interna.
13. ¿Cómo se fomenta y retiene el talento en tu organización o equipo?
Dando oportunidades reales de crecimiento y reconociendo el trabajo bien hecho. La gente se queda donde siente que aprende, que es valorada y que su trabajo tiene impacto. También es importante cuidar el ambiente: nadie rinde al máximo si trabaja en un entorno hostil o desmotivador.
14. ¿Qué estrategias usás para mantener la motivación y el compromiso del equipo?
Escuchar más de lo que hablo, celebrar logros, por pequeños que sean, y dar feedback constructivo. También trato de que cada persona entienda cómo su trabajo se conecta con el resultado final, porque eso da sentido a lo que hacemos.
15. ¿Qué importancia le das a la diversidad, la inclusión y el equilibrio de género en el ámbito legal?
Para mí no es un tema accesorio, es central. Un equipo diverso en miradas y experiencias es más creativo y encuentra soluciones más sólidas. Y en el Derecho, que muchas veces se queda encerrado en sus propias formas, es clave abrir el juego para reflejar mejor a la sociedad que servimos.
16. ¿Qué rol cumple la tecnología en tu práctica o en tu forma de gestionar lo jurídico?
Queremos una firma moderna, con una estructura ágil que abrace la tecnología en Argentina. Para nosotros, la tecnología no es un accesorio: es parte central de cómo organizamos el trabajo, cómo nos comunicamos con los clientes y cómo medimos resultados. Nos permite reducir tiempos, eliminar fricciones operativas y enfocar la energía donde realmente agregamos valor.
17. ¿Utilizan herramientas de LegalTech? ¿Qué impacto tuvieron?
Sí. Implementamos sistemas digitales para gestión de expedientes, control de plazos y colaboración interna. También usamos workflows digitales que reducen el tiempo de delivery y evitan tareas repetitivas. El impacto fue claro: más eficiencia, menos margen de error y más tiempo para el trabajo estratégico y creativo.
18. ¿Qué opinión tenés sobre la inteligencia artificial aplicada al Derecho?
Creo que la IA es una herramienta potentísima si se integra con criterio. No reemplaza el juicio jurídico, pero puede liberar tiempo al automatizar tareas de bajo valor repetitivo. Así, los abogados podemos concentrarnos en el pensamiento estratégico, las soluciones legales creativas y el trabajo de alto valor agregado que realmente protege los activos de los clientes.
19. ¿Creés que los abogados están preparados para la transformación digital del sector?
En general, no del todo. Los estudios legales tienden a ser más tradicionales, y eso abre una gran oportunidad para quienes apuesten por la innovación. Prepararse implica no solo aprender a usar herramientas, sino cambiar la mentalidad: aceptar que la tecnología es un socio y no una amenaza.
20. ¿Dónde ves las mayores oportunidades de innovación jurídica hoy?
En la transformación de la industria legal mediante procesos más inteligentes. Esto implica un docking system más eficiente, la integración de inteligencia artificial allí donde aporte valor real y flujos de trabajo digitales que aceleren la entrega de soluciones. La idea es que la tecnología se encargue de lo repetitivo para que podamos enfocarnos en lo que realmente importa: pensamiento estratégico, soluciones legales creativas y trabajo de alto valor. En nuestra firma, la innovación, la eficiencia y el propósito son pilares centrales. De hecho, estamos desarrollando un sistema basado en inteligencia artificial para optimizar procesos y elevar la calidad del servicio.
21. ¿Cómo influye el contexto económico, político o regulatorio en tu trabajo?
En propiedad intelectual, el contexto influye más de lo que parece. Un marco económico inestable afecta las decisiones de inversión de los clientes, y eso impacta en registros, renovaciones y estrategias de protección. Los cambios regulatorios también pueden alterar plazos, costos y procedimientos. En nuestro trabajo, adaptarnos rápido y anticipar escenarios es parte del servicio.
22. ¿Qué tendencias globales creés que están impactando más en el ecosistema legal argentino o latinoamericano?
La globalización de marcas y patentes, la digitalización de procesos judiciales y administrativos, y la irrupción de la inteligencia artificial están transformando la profesión. También hay un cambio cultural: los clientes esperan inmediatez, transparencia y soluciones prácticas, y comparan experiencias de servicio a nivel global.
23. ¿Hay modelos jurídicos o países que considerás una referencia?
Me gusta mirar modelos que combinan rigor jurídico con innovación en gestión, como algunos despachos en España y Estados Unidos que integran tecnología, marketing jurídico y servicio al cliente en un mismo flujo. No se trata de copiar, sino de adaptar lo que funciona a nuestra realidad.
24. ¿Cómo evaluás el nivel de acceso a la justicia en nuestro país?
Todavía es desigual. Hay avances en digitalización y procedimientos remotos, pero persisten barreras económicas, geográficas y culturales. El acceso a la justicia no es solo abrir tribunales, sino garantizar que cualquier persona pueda entender sus derechos y ejercerlos.
25. ¿Qué rol deben tener los abogados en la construcción de una sociedad más justa y equitativa?
Los abogados no solo resolvemos conflictos, también podemos prevenirlos y educar. Nuestro rol es usar el conocimiento jurídico para equilibrar las relaciones, proteger a los más vulnerables y contribuir a que las reglas del juego sean claras y justas para todos. La justicia empieza por cómo ejercemos la profesión cada día.
Creo que, como líderes en nuestra industria, tenemos la responsabilidad de ser agentes de cambio. En Ojam IP trabajamos con una visión de triple impacto: buscamos no solo la excelencia profesional, sino también generar un impacto positivo en nuestra comunidad y en el medio ambiente. Apostamos a la innovación, la diversidad y la responsabilidad social como ejes que guían nuestras decisiones y proyectos.
Nuestro compromiso con la educación es un ejemplo concreto: desde hace años apadrinamos a la Escuela N°165 de Paraje El Diablo, en Santiago del Estero, mejorando la calidad de vida de su comunidad educativa y brindando becas para que niños y jóvenes puedan continuar sus estudios. Este tipo de acciones son la huella que queremos dejar para futuros líderes: demostrar que es posible ejercer la abogacía con excelencia, rentabilidad y un profundo sentido de propósito.
26. ¿Cómo lográs equilibrar tu vida profesional con tu vida personal?
Cuido mis tiempos y respeto mis espacios. El trabajo es intenso, pero aprendí que si no estoy bien fuera de la oficina, tampoco voy a rendir dentro. El trabajo flexible es clave: me permite adaptar mis jornadas a los distintos momentos y necesidades, y así mantener un equilibrio real. Para mí, la clave está en poner límites claros y reservar momentos intocables, dedicados a recargar energía y estar presente en lo que más importa.
27. ¿Qué hacés para mantenerte actualizado o seguir aprendiendo?
Combino la formación técnica continua con la curiosidad por lo que pasa fuera del Derecho. Participo en congresos, leo sobre innovación y tecnología, y me gusta conversar con colegas de otras áreas. Muchas veces, una buena idea viene de un lugar inesperado.
28. ¿Hay alguna rutina, hábito o práctica que considerás clave para tu rendimiento diario?
La actividad física, tres veces por semana, sin excusas y sin importar dónde esté. El golf me ayuda a desconectar y a entrenar la paciencia. Y también valoro mucho el trabajo con mi psicólogo: es un espacio que me permite ordenar ideas y mantener equilibrio emocional.
29. ¿Algún libro, película, autor o experiencia que haya influido especialmente en tu forma de pensar?
Más que un único libro, me han marcado las experiencias que me sacaron de la zona de confort. Momentos de crisis que me obligaron a reinventarme, viajes que me mostraron otras formas de trabajar y vivir, y conversaciones con personas que me desafiaron a ver las cosas desde otro ángulo.
30. ¿Cuál es el legado o impacto que te gustaría dejar en tu profesión?
Me gustaría que mi paso por la profesión se recuerde por haber contribuido a modernizarla, pensar distinto, integrar la tecnología de forma inteligente y formar equipos que valoren tanto la excelencia técnica como la calidad humana. Que quienes hayan trabajado conmigo puedan decir que se sintieron escuchados, respaldados y motivados a dar lo mejor de sí.
Agradecemos a Juan Carlos por haberse sumado a este ciclo.
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