
Mi nombre es Mariel Chichisola, soy abogada especializada en propiedad intelectual, graduada en la UCA y socia fundadora del estudio OJAM IP. Soy mamá de Isa, Fran y Rafi… y también de Simba, nuestro perro, que también es parte de la familia. Me apasiona la creatividad y la innovación en todas sus formas, y seguramente no sea casualidad que haya encontrado en la propiedad intelectual el lugar ideal para desarrollar esa vocación.
Tenés más de una carrera, ¿por qué elegiste estudiar derecho?
En realidad, tengo una sola carrera formal. No tengo del todo claro por qué elegí Derecho, aunque sí estoy profundamente agradecida de haberlo hecho, y aún más de haberme encontrado en el camino con la propiedad intelectual, una especialidad que realmente amo. Mi papá es abogado y seguramente eso influyó en mi decisión inicial.
Con el tiempo me di cuenta de que tengo muchos intereses y que hoy existen programas académicos con formatos más modernos, que combinan distintas perspectivas —como Derecho, Economía, Recursos Humanos, Comunicación— y que me hubiesen atraído mucho. En cierto modo, fui incorporando esas otras miradas en la “facultad de la vida”, que a veces es la que más nos enseña y la que nos da las herramientas para abordar los desafíos de una manera más integral.
¿Qué virtud personal valorás especialmente en vos?
Ser buena gente. Me gusta pensar que los demás me ven como una persona empática. Y mi organización y orden, que puede llegar a extremos… tanto que a veces ya deja de ser virtud, ja.
¿Qué superpoder pensás que tenés o te gustaría tener? ¿Por qué?
Siento que tengo la capacidad de leer a las personas y detectar qué necesitan o en qué puedo ayudarlas, algo que disfruto tanto en el trabajo como en la vida personal. Tal vez por eso participo activamente en distintas organizaciones y comunidades; actualmente soy embajadora de Fundación Flor, ¡y me encanta! Me nutre poder tejer redes, generar puentes, conectar y conocer gente nueva. Estoy convencida de que de esos vínculos surgen las mejores ideas y oportunidades, y que en ese intercambio todas nos enriquecemos y aprendemos unos de otros.
¿Qué te gustaría hacer en el futuro que hoy todavía no pudiste?
Aprender italiano. Es un pendiente que cumpliré cuando mis hijas sean un poco más grandes y me regalen algo de tiempo libre. Lo gracioso es que, por mis ancestros italianos, estoy convencida de que ya lo hablo… pero en realidad lo único que hago es hablar en español con tono italiano, ¡jaja!
¿Tenés un talento oculto que pocos conocen?
No, creo que los pocos talentos que tengo ya los mostré, no me guardé ninguno. Lo que sí, tengo varias habilidades inútiles, pero esas si prefiero mantenerlas ocultas.
¿Qué te ayuda a mantener los pies en la tierra?
La familia, los amigos y estar al aire libre. Estar en comunidad me hace bien, me recuerda lo esencial y me ayuda a poner los pies en la tierra. Me da paz compartir tiempo con los míos, conversar, caminar, sentir que no estamos solos en el camino.
¿Qué te da confianza en vos?
La verdad es que nunca lo había pensado… pero después de meditarlo, me doy cuenta de que el cariño y el respeto de las personas que me rodean me empoderan. Me hacen creer más en mí misma y me dan fuerza para seguir adelante.
¿Qué libro, película o serie recomendarías sin dudar?
Hace poco vi una serie que me encantó: “Todo en familia”. Habla de la vida desde todos los roles que ocupamos y deja enseñanzas en cada capítulo. La volvería a ver y seguro la veré de nuevo con mis hijas cuando sean más grandes. Ahora estoy leyendo el Poder de las Palabras de Mariano Sigman, después les cuento.
¿Qué música suele acompañarte en tu rutina?
Escucho mucho rock nacional, Charly, Fito, Andrés Calamaro, Los Piojos, y la lista sigue. Últimamente estoy escuchando mucho a Jack Johnson. En familia, lo que suene: me divierte adaptarme a playlists del momento… Y en el auto, siendo cinco, tenemos prácticamente un máster en negociación para lograr que cada uno escuche lo que quiere.
¿Qué artista, personaje o referente cultural te inspira?
Nunca fui fanática de un solo ídolo, pero admiro profundamente a muchísimas mujeres que, desde distintos lugares, están generando cambios. Emprendedoras, artistas, científicas, empresarias que con pequeñas acciones, con perseverancia y valentía, están abriendo caminos donde antes no los había. Me inspira esa capacidad de transformar la realidad sin necesitar grandes escenarios, porque demuestra que el verdadero impacto viene de la constancia y de animarse a dar un paso más allá.
¿Tenés alguna frase o lema que te represente?
Vivo diciendo frases, tanto que mis hijas se ríen porque tengo una para cada situación. Si tengo que elegir algunas, siempre repito que los pequeños hábitos y las pequeñas acciones pueden cambiar el mundo, que vale la pena dar lo mejor de uno y que mirar al otro es fundamental. También creo que es clave divertirnos en lo que hacemos. Una de mis frases favoritas es de Mary Poppins: “En todo trabajo que deba hacerse hay un elemento de diversión. Si descubres la diversión, el trabajo se convierte en un juego”.
¿Qué haces para desconectarte o recargar energías?
Estar con mi familia y amigos, tomar mate y charlar. Si es al aire libre, mucho mejor. Amo ir al teatro, es siempre un gran plan.
¿Qué te emociona y qué te da orgullo?
Me emocionan las historias de resiliencia, el esfuerzo y las pequeñas acciones que generan grandes cambios. Admiro a todo aquel que logra ser feliz con las cosas simples y a pesar de todo, como mi mamá. Y me da orgullo cuando veo en mis hijas actitudes llenas de empatía y valores; siento que ahí algo hice bien.
¿Qué dispositivo o app usás más y por qué?
Para responder a esta pregunta miré ‘’Tiempo de pantalla’’ en mi celular. Resultado: Whatsapp, Outlook y Google Calendar…no muy divertido... Creo que ya no podría vivir sin Google Calendar, me ayuda a ordenar mi cabeza y liberar espacio mental. Saber que todo está registrado ahí me da tranquilidad, y me permite enfocarme en lo que tengo que hacer en el momento. Lo uso como una especie de “asistente personal silencioso” que me recuerda lo importante.
¿Cómo te llevás con la inteligencia artificial?
¡Muy bien! Lo uso en mi vida personal y en Ojam IP estamos eficientizando muchos procesos a través de estos avances. Creo que no viene a reemplazarnos, sino a potenciarnos. Es una gran herramienta, siempre que sepamos usarla con criterio y responsabilidad. Con los chicos me genera reparos porque saltean aprendizajes importantes, pero en el mundo adulto laboral, usada con cabeza, es un recurso tremendo.
¿Qué hábito digital no podés soltar (aunque te gustaría)?
Soy muy tecnológica a nivel laboral, pero trato de ser casi cero pantallas en mi vida personal y familiar. Es difícil, porque el celular termina estando siempre a mano, pero preferiría tenerlo mucho menos presente.
¿Qué cosas o actividades te conectan con tu creatividad?
El ocio en sí mismo me conecta con la creatividad. Cuando la cabeza se libera de preocupaciones y deadlines, las ideas fluyen más fácil. Y en lo laboral, el trabajo en equipo: mis mejores ideas surgen de charlas, brainstorming y espacios compartidos con gente que quiero, admiro y respeto.
¿Qué aprendiste haciendo algo que parecía “fuera de tu mundo”?
Hace un tiempo participé en un taller de cerámica. Lo mio no son las manualidades. Al principio me frustraba porque no me salía nada, hasta que entendí que el barro “tiene vida propia” y que no se trata de forzarlo, sino de acompañar el proceso. Me quedó una enseñanza muy valiosa: a veces hay que soltar un poco el control y dejar que las cosas fluyan, porque así, a veces, puede aparecer algo inesperadamente mejor que lo planeado. No todo puede estar bajo control, y está bien.
¿Qué pregunta te gustaría que te hagan más seguido?
“¿Cuándo nos tomamos unos mates?” Puede ser cafecito también.
¿Cuál sería el título de tu autobiografía?
Qué difícil…ahí van algunas (malas) ideas. Claramente no es lo mío elegir títulos:
1. Entre mates, familia y expedientes
2. La magia está en lo simple
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