Introducción

La figura del “arrepentido” y otros institutos, como la extinción de dominio, se han vuelto trending topic en Argentina estas últimas semanas. Tapas de los diarios, noticieros y publicaciones en distintas redes sociales bombardean sobre el Gloria Gate y relatan las declaraciones de ex funcionarios, empresarios y choferes que quieren “colaborar” para así lograr una reducción de pena.

El impacto que esto tiene en la sociedad argentina está a la vista: no hay quien no comente el tema de “la corrupción k”. Quitando todo tipo de valoración personal sobre los hechos, lo cierto es que así se refieren a este suceso. Y la gente comenta esto porque los medios de comunicación se encargan de encender el fuego constantemente con placas de “último momento” relatando, como si fuese un partido de fútbol, el minuto a minuto de quién aparece como nuevo arrepentido y qué declaró, incluso publicando dicha declaración. Hasta se suben los videos de los allanamientos a internet. Claro, el tema vende y la noticia es fácil de conseguir. Punto para los medios.

Populismo penal y arrepentido

En su discurso ante el Senado, en donde se discutía la ley de incorporación de la figura del arrepentido y extinción de dominio, el Dr. Teodoro Kreckler, quien formara parte del Programa para la Reforma Judicial 2020, expuso: entonces, quiero pedirles que cumplamos con el Preámbulo de la Constitución, que afiancemos la Justicia y que tratemos de encontrar la forma para lograr eso. En ese sentido, tanto yo como las organizaciones a las que represento pensamos que esta ley del arrepentido, en la forma como está escrita o con algunas modificaciones, viene a responder un poco al reclamo de la gente. La gente está reclamando hoy que no haya impunidad. Fundamentalmente -lo pueden escuchar por la calle-, lo que quieren es la restitución de lo robado, porque ya tomaron conciencia de que quien robó al Estado en grandes asociaciones ilícitas le ha robado a la gente [1].

He aquí una clara apelación política a la “voz ciudadana” como motor de transformación y expansión del Derecho Penal [2]. Esta es la conocida como “Tesis de la Democracia en Funcionamiento” (vid. BECKETT, 1997, y FROST, 2010: 157), según la cual, los políticos no hacen sino reaccionar a las demandas ciudadanas. Esto es, si los ciudadanos demandan más Derecho penal o penas más severas, una democracia que “funcione”, implicaría precisamente una respuesta política en dicho sentido[3].

En este caso, si bien no se trata de incorporar nuevas figuras delictivas a nuestro sistema penal, sí se discute una medida como la extinción de dominio y la incorporación del instituto del arrepentido, justamente, en respuesta al “reclamo de la gente”. Es decir: la opinión pública se convierte así (a ojos del legislador) en el verdadero motor de la política criminal actual [4].

Cabe preguntarse por qué la gente reclama estas medidas en este momento. Y aquí entran en consideración dos mecanismos: el fenómeno de la agenda setting y la técnica del framing.

La idea principal de la teoría de la agenda-setting es que los medios de comunicación tienen el poder de situar en primer término del debate público un determinado tópico, convirtiéndolo así en asunto de interés nacional, y ello con independencia (éste es un aspecto clave), de la importancia intrínseca de dicho tema [5].

Si trasladamos la teoría de la agenda-setting al ámbito de la política criminal lo que ello significa es que los medios de comunicación, ejercitando su facultad de fijar la agenda de asuntos relevantes, pueden decidir en determinado momento situar a la delincuencia en general o a determinado tipo de delincuencia en el centro del debate público, creando una extraordinaria presión en el poder político para que actúe de una determinada manera. Por esta razón el análisis sobre el fenómeno de la agenda-setting es una de las claves para entender la influencia de los medios de comunicación en el desarrollo de la política criminal de un país [6].

Cualquier similitud de este concepto con la realidad actual de Argentina es producto de los medios. Es que el constante bombardeo de noticias sobre corrupción hizo justamente que la gente se manifieste a favor de reformas en materia de derecho penal como son la incorporación de la ley de extinción de dominio y del instituto del arrepentido.

Sin ir más lejos, el martes 21 de agosto, tuvo lugar una multitudinaria movilización de un sector de la sociedad frente al Parlamento [7] reclamando el desafuero de Cristina Kirchner y la sanción de la Ley de Extinción de Dominio.

En sentido similar ocurrió en Brasil con ellava jato y sus repercusiones políticas, como ser la destitución de DilmaRousseff. La campaña mediática consistió primero que nada en demonizar a Dilma, al ex presidente Lula y al Partido de los Trabajadores (PT), asociándola con el escándalo de corrupción investigado en la Operación Lava-Jato – la cual, por cierto, parecía estar más interesada en acusar a políticos del PT que a los de otros partidos[8].

El framing, por su parte, puede ser considerado una extensión de la agenda-setting ya que consiste en la selección de un número restringido de atributos temáticamente relacionados para su inclusión en la agenda de los medios cuando se discute un objeto en particular [9]. 

El framing se basa en la asunción de que cambios sutiles en las palabras utilizadas para describir una situación pueden afectar a cómo la audiencia interpreta dicha situación. En otras palabras, el encuadre noticiosova a influir en cómo la audiencia piensa sobre los temas, no a través de la puesta en primer plano de un asunto, sino invocando esquemas interpretativos que van a determinar la interpretación de la información que se va a recibir [10].

Esto último también se vislumbra en el caso del Gloria Gate. Un ejemplo lo constituyen los titulares de las noticias que hablan de “cuaderno de las coimas [11]”. Pues ya se está dando por hecho que los cuadernos, presuntamente escritos por el Señor Centeno, describían la mecánica de sobornos entre funcionarios públicos y empresarios. Además, genera un alto impacto en la sociedad en relación con la lucha contra la corrupción ya que sitúa esta mega causa como “el escándalo por el entramado de corrupción [12]”.

Conclusión

La vinculación que existe entre los medios de comunicación, y la información que éstos exponen, y los reclamos de la sociedad en torno a la política criminal de un país está a la vista.

La sanción de la Ley nro. 27304, que incluye la reducción de pena para quien colabore en la investigación de una causa penal por hechos de corrupción, y la discusión por la ley de extinción de dominio, que comenzó en el 2016 y se reavivó estos días, son un fiel reflejo de lo expuesto.

La lucha contra la corrupción está marcada por un claro criterio utilitarista que lejos está de considerar la gravedad del hecho y culpabilidad del autor a la hora de aplicar una pena. La lucha contra la corrupción es trending topic y no hay quien no hable del famoso Oscar Centeno quien, alejado de la “tranquilidad” de su anterior rutina como chofer, se ha convertido en un influencer.