Maximiliano Cuello Bratina, Asociado Semi Senior del Departamento de Derecho Público y Administrativo de Marval O’Farrell Mairal nos cuenta cómo es ser un abogado jóven en una firma líder.
Primero contanos un poco de vos y cómo ingresaste a Marval.
Soy Maximiliano y tengo 27 años. Estudié derecho en la UBA, donde también hice un posgrado de compliance, y ahora estoy cursando la maestría en derecho administrativo en la Universidad Austral. Doy clases en la facultad de derecho constitucional desde hace varios años.
En lo personal, vivo con mi pareja en Recoleta, me gusta mucho la cocina y salir a comer -es mi plan favorito- y también amo viajar y el intercambio cultural con personas de otros países. Soy muy sociable así que me encanta conocer gente nueva y hacer networking.
A Marval ingresé apenas me recibí en 2019, como joven profesional, luego de un proceso de admisión con varios exámenes y entrevistas. Pasé primero unos meses por el área de banking y oil & gas, y luego entré al departamento de derecho público y administrativo donde trabajo ya hace un tiempo, actualmente como asociado semi senior.
Con ya tres años de experiencia profesional, ¿cómo es ser un abogado joven en la firma más grande de Argentina?
Podríamos decir que es lo más parecido a la serie Suits que hay en Argentina, aunque los asuntos no se resuelven en un capítulo como parece en la serie, ja. Pero fuera de broma, la verdad que aun con las diferencias que impone la coyuntura local, nuestro trabajo es muy interesante y desafiante. Al principio cuando estás dando tus primeros pasos en la profesión puede ser un poco difícil adaptarte y sentirte ‘a la altura’ pero con el pasar de los meses vas ganando práctica y aprendiendo, lo que te da la seguridad que se necesita para trabajar acá.
Básicamente nuestro trabajo consiste en asesorar a las empresas nacionales e internacionales más importantes en sus negocios en Argentina, muchas veces en asuntos verdaderamente complejos, y sin dudas siempre en asuntos importantes. Eso ya te reclama un piso de excelencia y exigencia importante, que es por lo que los clientes nos buscan y ponen parte de su futuro en nuestras manos.
Más allá de brindar un asesoramiento de calidad, trabajamos en ofrecer valor agregado a los servicios que prestamos, un distintivo propio. Por eso también se persigue la excelencia, y sobre esa base, construir confianza con el cliente. En general cuando alguien va al abogado es porque tiene dudas o un problema, así que trabajamos para darle tranquilidad y soluciones a nuestros clientes, entender el negocio, acompañarlos y comprometernos en sus proyectos.
Contanos más de lo que hace Marval más allá de brindar servicios jurídicos.
Hay mucho trabajo más allá de los servicios jurídicos. Tenemos un fuerte trabajo pro bono, se dedican muchas horas a poner a disposición de la comunidad nuestra asistencia jurídica. También trabajamos sobre distintos ejes: sustentabilidad, el talento humano, con programas de mentoring y autodesarrollo para ir acompañando a los profesionales en su crecimiento, y a eso se le suma el trabajo sobre diversidad e inclusión, que consideramos fundamental en estos tiempos. Como miembro del Comité de Diversidad siempre busco aportar promover iniciativas para materializar ese compromiso. También tanto socios como asociados participamos en organizaciones empresariales, académicas, de distinto tipo.
Todo esto hace parte de la identidad de Marval, lo que hace que sea una gran ‘escuela’. Trabajar a diario junto a socios/as y profesionales líderes en la industria, con clientes y temas importantes te hace crecer exponencialmente en poco tiempo y te da una agilidad y habilidad tremendas. Siempre estás trabajando en temas desafiantes, actualizándote, y en consecuencia, aprendiendo.
¿Cómo avizoras el futuro de la industria y de Marval?
Sin lugar a dudas con mayor flexibilidad y tecnología.
El home office y el modelo de trabajo híbrido es una pieza clave en este punto. A la gran mayoría de nosotros nos sirve, no afecta en absoluto la productividad de la firma, sino incluso lo contrario, y hemos demostrado en estos últimos dos años una enorme capacidad de resiliencia y adaptabilidad que tienen que estar presentes todo el tiempo, no solo para no quedarnos atrás, sino en la medida de lo posible para adelantarnos a los sucesos, estar a la vanguardia y ser creativos.
En esa misma línea se incorpora la tecnología. Eso ya es innegable a esta altura y querer limitar el ejercicio de la profesión a prácticas que van quedando en desuso no tiene sentido. El que no se adapta, pierde. Por eso creo que es clave pensar como incorporar la tecnología y todas sus herramientas, como la inteligencia artificial, el desarrollo de modelos y sistemas y demás a nuestro trabajo diario para poder dinamizar procesos, reducir costos y maximizar la eficiencia, lo que es un win-win para nosotros y nuestros clientes. El estudio está trabajando seriamente el tema de la gestión del conocimiento y el desarrollo tecnológico.
En conjunción con estos dos puntos creo que también viene una etapa de mayor dinamismo y practicidad que nos obliga a seguir replanteando ciertos esquemas tradicionales. En estos tiempos con la enorme velocidad de comunicaciones, con la necesidad de tomar decisiones diversas y en poco tiempo, los clientes necesitan respuestas rápidas y sencillas, rara vez piden un memo de 100 páginas, hoy en día quizás el asesoramiento termina siendo un par de mails. Ese es un aspecto para trabajar que también hace a la eficiencia.
Si tuvieras que hacerle alguna recomendación a un estudiante de derecho o recién graduado, ¿qué le dirías?
La excelencia académica es fundamental, más que por las notas porque demuestra compromiso e interés por lo que se estudia. Luego obviamente se complementa con un montón de otras herramientas, es fundamental saber inglés, ser diverso e inclusivo, vincularse con la tecnología de forma amigable, tener habilidades blandas como buena comunicación, liderazgo positivo, querer aprender y saber trabajar en equipo. Este último punto y el sentido de pertenencia hacen otro diferencial del estudio, potenciar y potenciarte con tus compañeros.
En un sector muy competitivo como el nuestro con tanta oferta de abogados el diferencial lo lográs con ese tipo de cosas. El carácter de buena persona es indispensable para sostenerte en cualquier equipo de trabajo. También suma muchísimo tener alguna experiencia laboral previa, aunque sea una pasantía, porque ya entrás con una base de cómo es trabajar, diste tus primeros pasos, te equivocaste, aprendiste. Siempre que no afecte el estudio suma mucho.
Y por sobre todas las cosas también les diría que trabajen en desarrollar la capacidad analítica y el pensamiento crítico, el pensar de forma lateral -out of the box-. Diría que un sólido buen criterio es lo más importante de todo. Se puede tener mucho conocimiento pero sin criterio jurídico y práctico no sirve de mucho.
¿Cómo es ejercer el derecho administrativo desde el sector privado?
Es una rama del derecho que principalmente ocupa abogados en el sector público, no somos muchos los que hacemos derecho administrativo de forma privada, pero es sumamente interesante y hay oportunidades.
Siempre es importante consultar abogados en temas de derecho administrativo porque hay cuestiones diferenciales respecto del derecho privado que se le pueden escapar a abogados no especialistas. Están los plazos de caducidad para impugnaciones administrativas, muy cortos, el agotamiento previo de la vía administrativa que no existe en derecho privado, etc.
Como abogados administrativistas en el sector privado es fundamental conocer y poder asesorar sobre el marco regulatorio de las actividades que los clientes desarrollan, normas que en ocasiones son muy complejas y rebuscadas, superpuestas, desentrañar eso. En casos de contrataciones estudiar los pliegos y normas de contrataciones, acompañar a los clientes en las presentaciones de sus ofertas y en la vida del contrato una vez adjudicados, en renegociaciones. Es importante este servicio porque el Estado cuenta con “potestades exorbitantes” que le permiten modificar contratos de forma unilateral o prorrogarlos, entre otras cuestiones, por lo que contar con asesoramiento experimentado que preste atención a estos puntos y a los detalles es clave para cualquier empresa que quiera avanzar en un vínculo como proveedor, contratista o concesionario del Estado.
También damos mucho soporte a otras áreas del estudio porque regularmente se encuentran ante una resolución complicada, una consulta regulatoria, una sanción administrativa y ahí solemos entrar. Además de que participamos en operaciones de gran envergadura donde aportamos lo propio. Este trabajo es muy importante porque si bien somos especialistas en derecho administrativo, participar de lo transaccional es indispensable para cualquier abogado corporativo.
¿Por qué temas consultan a tu área los clientes principalmente?
La verdad que hay de todo. Recibimos muchas consultas de asesoramiento sobre marco regulatorio, por la enorme cantidad de normas profusas, mezcladas, ni hablar cuando entran en juego normas provinciales y municipales o cuando salen normas nuevas. Por ejemplo, hay mucha cuestión de interpretación y aplicación de las normas y el impacto que pueden tener en los negocios de los clientes nuevas restricciones o regulaciones al comercio.
Ayudamos a inversores interesados en el mercado argentino, acompañamos clientes en licitaciones públicas, contratos de UT, concesiones de servicios públicos, contratos administrativos, negociaciones con entidades públicas, y deuda pública. También en la preparación y presentación de recursos, reclamos, descargos, apelaciones, medidas cautelares, etc. Tenemos un área muy sólida de litigios y arbitrajes nacionales e internacionales.
Por otro lado, también entendiendo la complejidad del mercado complementamos nuestro servicio con otras aristas como compliance y anticorrupción, energía y recursos naturales, entre otros.
¿Podrías mencionar algunos temas en particular en los que hayas trabajado y hayan sido desafiantes para vos?
A lo largo de estos años tuve la dicha de participar en muchos temas importantes, casos complejos, operaciones de fusiones y adquisiciones enormes. Desde una licitación pública de materiales de salud hasta procedimientos sancionatorios de entidades descentralizadas, pasando por algún amparo vinculado a temas de energía y la regulación del material orgánico para la industria textil, de todo. En una oportunidad incluso, por una licitación clave para un cliente, tuve que salir de viaje de una día para el otro, pero estuvo buenísimo como experiencia.
Hay mucho trabajo afortunadamente. Hemos colaborado en la negociación del contrato para la provisión de vacunas contra el Covid-19 entre un laboratorio internacional y el Gobierno, en cuestiones de deuda pública, en las transacciones más grandes del país; muchos temas que están en la agenda pública y en la televisión pasan por estas oficinas. Eso es súper motivante y desafiante, lo que te empuja a dar siempre lo mejor de vos. Los clientes nos confían sus asuntos y nosotros tratamos siempre de estar a la altura de la excelencia que necesitan.
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