El Sistema Multilateral de Comercio
Por Daniel Alberto Andrade Desde la Habana a Marrakech: El GATT Desde 1948 hasta 1994, el Acuerdo General sobre Aranceles Aduaneros y Comercio (GATT) estableció las reglas aplicables a una gran parte del comercio mundial, y en este espacio de tiempo hubo períodos en los que se registraron algunas de las tasas más altas de crecimiento del comercio internacional. A pesar de su apariencia de solidez, el GATT fue durante esos 47 años un acuerdo y una organización de carácter provisional. Gran parte de la historia se escribió en Ginebra. No obstante, traza una ruta que se extiende por distintos continentes: de la vacilante partida en La Habana (Cuba) en 1948 a Marrakech (Marruecos) en 1994, pasando por Annecy (Francia), Torquay (Reino Unido), Tokio (Japón), Punta del Este (Uruguay), Montreal (Canadá) y Bruselas (Bélgica) La intención original era crear una tercera institución que se ocupara de la esfera del comercio en la cooperación económica internacional y que viniera a añadirse a las dos “instituciones de Bretton Woods”: el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional. Más de 50 países participaron en negociaciones encaminadas a crear una Organización Internacional de Comercio (OIC) como organismo especializado de las Naciones Unidas. El proyecto de Carta de la OIC era ambicioso. Además de establecer disciplinas para el comercio mundial, contenía también normas en materia de empleo, convenios sobre productos básicos, prácticas comerciales restrictivas, inversiones internacionales y servicios. Se tenía la intención de crear la OIC en la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Empleo celebrada en 1947 en La Habana, Cuba. En el ínterin, 15 países iniciaron en diciembre de 1945 negociaciones encaminadas a reducir y consolidar los aranceles aduaneros. Acababa de terminar la Segunda Guerra Mundial y esos países deseaban impulsar rápidamente la liberalización del comercio y empezar a soltar el lastre de las medidas proteccionistas que seguían en vigor desde comienzos del decenio de 1930. Esa primera ronda de negociaciones dio origen a un conjunto de normas sobre el comercio y a 45.000 concesiones arancelarias, que afectaban aproximadamente a una quinta parte del comercio mundial (por valor de 10.000 millones de dólares EE.UU.). Cuando se firmó el acuerdo, el 30 de octubre de 1947, el grupo se había ampliado a 23 miembros. Las concesiones arancelarias entraron en vigor el 30 de junio de 1948 en virtud de un "Protocolo de Aplicación Provisional". Así nació el nuevo Acuerdo General sobre Aranceles y Comercio, con 23 miembros fundadores (oficialmente, "partes contratantes"). Estos 23 países formaban también parte del grupo más amplio que negociaba la Carta de la OIC y, a tenor de una de las disposiciones del GATT, debían aceptar algunas de las normas comerciales estipuladas en el proyecto de Carta. Consideraron que esto se debía hacer rápido y "provisionalmente" para proteger el valor de las concesiones arancelarias que habían negociado. Especificaron cómo concebían la relación entre el GATT y la Carta de la OIC, pero también dejaron abierta la posibilidad de que no se creara dicha Organización. Y tuvieron razón. La Conferencia de La Habana comenzó el 21 de noviembre de 1947, cuando todavía no había transcurrido un mes desde la firma del GATT. La Carta de la OIC fue finalmente aprobada en La Habana en marzo de 1948, pero su ratificación por algunas legislaturas nacionales resultó imposible. La oposición más importante se manifestó en el Congreso de los Estados Unidos, pese a que el Gobierno de este país había sido una de las principales fuerzas impulsoras del proyecto. En 1950 el Gobierno de los Estados Unidos anunció que no pediría al Congreso que ratificara la Carta de La Habana, lo que supuso prácticamente la muerte de la OIC. En consecuencia, el GATT se convirtió en el único instrumento multilateral por el que se rigió el comercio internacional desde 1948 hasta el establecimiento de la OMC en 1995. Durante casi medio siglo, los principios jurídicos fundamentales del GATT siguieron siendo en gran parte los mismos que en 1948. Se hicieron adiciones: una sección sobre el desarrollo añadida en el decenio de 1960 y acuerdos "plurilaterales" (es decir, de participación voluntaria) en el decenio de 1970, y prosiguieron los esfuerzos por reducir los aranceles. Gran parte de ello se logró mediante una serie de negociaciones multilaterales denominadas "rondas"; los avances más importantes en la liberación del comercio internacional se realizaron por medio de esas rondas celebradas bajo los auspicios del GATT. En los primeros años, las rondas de negociaciones comerciales del GATT se concentraron en continuar el proceso de reducción de los aranceles. Después, la Ronda Kennedy dio lugar, a mediados del decenio de 1960, a un Acuerdo Antidumping del GATT y una sección sobre el desarrollo. La Ronda de Tokio: primer intento de reformar el sistema La Ronda de Tokio, fue el primer intento importante de abordar los obstáculos al comercio no consistentes en aranceles y de mejorar el sistema; tuvo lugar entre 1973 y 1979, y en ella participaron 102 países. Esta Ronda prosiguió los esfuerzos del GATT por reducir progresivamente los aranceles. Entre sus resultados cabe señalar una baja media de un tercio de los derechos de aduana en los nueve principales mercados industriales del mundo, con lo que el arancel medio aplicado a los productos industriales descendió al 4,7 por ciento. Las reducciones arancelarias, escalonadas durante un período de ocho años, conllevaban un elemento de “armonización”: cuanto más elevado era el arancel, proporcionalmente mayor era la rebaja. En los demás aspectos, la Ronda de Tokio tuvo éxitos y fracasos. No logró resolver los problemas fundamentales que afectaban al comercio de productos agropecuarios ni tampoco llegó a poner en pie un acuerdo modificado sobre “salvaguardias” (medidas de urgencia contra las importaciones). En cambio, de las negociaciones surgieron una serie de acuerdos sobre obstáculos no arancelarios, que en algunos casos interpretaban normas del GATT ya existentes y en otros abrían caminos enteramente nuevos. En la mayoría de los casos, sólo un número relativamente reducido de los miembros del GATT (principalmente países industrializados) se adhirieron a esos acuerdos. Como no fueron aceptados por la totalidad de los miembros del GATT, a menudo se les daba informalmente el nombre de “códigos”. No tenían carácter multilateral, pero representaban un comienzo. Varios de esos códigos fueron finalmente modificados en la Ronda Uruguay y se convirtieron en compromisos multilaterales aceptados por todos los Miembros de la OMC. La Ronda Uruguay La Ronda Uruguay, fue la octava y se celebró entre 1986 y 1994; dió lugar a la creación de la OMC y a un nuevo conjunto de acuerdos. Duró siete años y medio, y hacia el final participaban en ella 123 países. Abarcó la casi totalidad del comercio, desde los cepillos de dientes hasta las embarcaciones de recreo, desde los servicios bancarios hasta las telecomunicaciones, desde los genes del arroz silvestre hasta los tratamientos contra el SIDA. Simplemente, fue la mayor negociación comercial que haya existido jamás y, muy probablemente, la negociación de mayor envergadura, de cualquier género en la historia de la humanidad. En algunos momentos pareció condenada al fracaso, pero finalmente dió origen a la mayor reforma del sistema mundial de comercio desde la creación del GATT al final de la segunda guerra mundial. A pesar de sus avances dificultosos, produjo inicialmente algunos resultados. En sólo dos años los participantes se pusieron de acuerdo sobre un conjunto de reducciones de los derechos de importación aplicables a los productos tropicales (que son exportados sobre todo por países en desarrollo). También revisaron las normas para la solución de diferencias, y algunas medidas se aplicaron de inmediato. Y establecieron además la presentación de informes periódicos sobre las políticas comerciales de los miembros del GATT, medida que se consideró importante para lograr que los regímenes comerciales fueran transparentes en todo el mundo. Las Reuniones Ministeriales Las semillas de la Ronda Uruguay se sembraron en noviembre de 1982 en una Reunión Ministerial celebrada por los miembros del GATT en Ginebra. Aunque los Ministros se proponían iniciar una nueva e importante serie de negociaciones, la conferencia se atascó en la cuestión de la agricultura y fue considerada en general un fracaso. En realidad, el programa de trabajo convenido por los Ministros sirvió de base a lo que iba a convertirse en el programa de las negociaciones de la Ronda Uruguay. No obstante, hicieron falta otros cuatro años de estudio y aclaración de las distintas cuestiones, y de concienzudo desarrollo de un consenso antes de que los Ministros convinieran iniciar la nueva ronda. Así lo hicieron en septiembre de 1986 en Punta del Este (Uruguay). Aceptaron finalmente un programa de negociación que abarcaba prácticamente todas las cuestiones de política comercial pendientes. Las negociaciones iban a hacer extensivo el sistema de comercio a varias esferas nuevas, principalmente el comercio de servicios y la propiedad intelectual, e iban a reformar el comercio en los sectores sensibles de los productos agropecuarios y los textiles. Todos los artículos del GATT original se someterían a revisión. Era el mandato de mayor envergadura jamás acordado en materia de negociaciones comerciales y los Ministros se dieron cuatro años para llevarlo a cabo. Dos años más tarde, en diciembre de 1988, los Ministros se reunieron nuevamente en Montreal (Canadá) para llevar a cabo lo que debía ser una evaluación de los progresos realizados al promediar la Ronda. Se suponía que la Ronda finalizaría cuando se reunieran una vez más en Bruselas, en diciembre de 1990. Pero no se pusieron de acuerdo sobre la manera de reformar el comercio de productos agropecuarios y decidieron prorrogar las negociaciones. La Ronda Uruguay entró en su período más sombrío. Más allá de que las perspectivas políticas eran desfavorables, se siguió realizando una considerable cantidad de trabajo técnico, que dio lugar al primer proyecto de un acuerdo jurídico final. Ese proyecto, el “Acta Final”, fue compilado por el entonces Director General del GATT, Arthur Dunkel, quien presidió las negociaciones a nivel de funcionarios. El proyecto se presentó en Ginebra en diciembre de 1991. El texto respondía a todos los aspectos del mandato de Punta del Este, con una excepción: no contenía las listas de compromisos de los países participantes sobre reducción de los derechos de importación y apertura de sus mercados de servicios. El proyecto se convirtió en la base del acuerdo definitivo. En noviembre de 1992 los Estados Unidos y la UE resolvieron la mayoría de sus diferencias en materia de agricultura mediante un acuerdo denominado informalmente el “Acuerdo de Blair House”. En julio de 1993 la “Cuadrilateral” (los Estados Unidos, la UE, el Japón y el Canadá) anunciaron importantes progresos en las negociaciones sobre aranceles y cuestiones conexas (“acceso a los mercados”). Hubo que llegar al 15 de diciembre de 1993 para que quedaran finalmente resueltas todas las cuestiones y concluidas las negociaciones sobre el acceso a los mercados de bienes y servicios (aunque los toques finales se dieron en las conversaciones sobre acceso a los mercados celebradas algunas semanas después). El 15 de abril de 1994 los Ministros de la mayoría de los 123 gobiernos participantes firmaron el Acuerdo en una reunión celebrada en Marrakech (Marruecos). El fin de la Ronda La demora tuvo algunas ventajas. Hizo posible que algunas negociaciones avanzaran más de lo que hubiera sido posible en 1990: por ejemplo, algunos aspectos de los servicios y la propiedad intelectual, y la propia creación de la OMC. La dificultad de lograr acuerdo sobre un conjunto global de resultados que abarcaran prácticamente toda la gama de cuestiones comerciales que se planteaban hizo que algunos pensaran que nunca sería posible volver a llevar a cabo unas negociaciones de esa envergadura. Ahora bien, los Acuerdos de la Ronda Uruguay incluían calendarios para la celebración de nuevas negociaciones sobre diversas cuestiones. En muchos de los acuerdos de la Ronda Uruguay se establecen calendarios para la labor futura. Parte de ese “programa incorporado” se inició casi inmediatamente. En ciertas esferas incluía negociaciones nuevas o adicionales. En otras incluía evaluaciones o exámenes de la situación en momentos determinados.”. (1) LA ORGANIZACIÓN MUNDIAL DE COMERCIO Creación Las negociaciones finalizaron el 15 de diciembre de 1993, y como resultado de las mismas los ministros de la mayoría de los 125 gobiernos participantes suscribieron el tratado de Marrakesh en abril de 1994, por lo que se creó la OMC, que comenzó a funcionar a partir del 01.01.1995 y que dio origen a la mayor reforma del sistema mundial de comercio desde la creación del GATT. Tiene su Sede en Ginebra, Suiza; su actual Director General es Pascal Lamy; y actualmente cuenta con 154 países miembros; los idiomas oficiales son el inglés, francés y español. Funciones Administra los acuerdos comerciales de la OMC. Foro para negociaciones comerciales. Trata de resolver las diferencias comerciales. Supervisa las políticas comerciales nacionales. Asistencia técnica y cursos de formación para los países en desarrollo. Cooperación con otras organizaciones internacionales. El objeto de la OMC es contribuir a que las corrientes comerciales circulen con fluidez, libertad, equidad y previsibilidad. A tal fin, debe administrar los acuerdos comerciales; servir de foro para las negociaciones comerciales, resolver las diferencias comerciales, examinar las políticas comerciales nacionales, ayudar a los países en desarrollo con las cuestiones de política comercial, prestándoles asistencia técnica y organizando programas de formación y cooperar con otras organizaciones internacionales. Encuadre Legal Jurídicamente, la OMC está formada por los resultados de las negociaciones de la Ronda Uruguay, celebradas entre 1986 y 1994, como así también integrados por Acuerdos, que han sido negociados y firmados por la gran mayoría de los países que participan en el comercio mundial y ratificados por sus respectivos parlamentos. Se trata de un organismo internacional, de naturaleza intergubernamental, que tiene personalidad y capacidad jurídica necesaria para el ejercicio de sus funciones. Formalmente no pertenece a la Organización de las Naciones Unidas como uno de sus organismos especializados, aunque cuenta con privilegios e inmunidades similares a los de ellos. (2) Ámbito   El ámbito de competencia de la OMC supera notoriamente al cubierto originariamente por el GATT. En efecto, éste se ocupa únicamente del comercio de mercaderías, lo cual se justificaba en 1947, porque ellas eran los principales objetos del comercio internacional. Ahora , la OMC contempla también el comercio de servicios y de los derechos de propiedad intelectual en cuanto se vinculen con el comercio, considerando de tal forma la nueva realidad que presenta el tráfico internacional. También se ocupa de las inversiones extrajeras directas en cuanto se relacionen con el comercio. Asimismo, el comercio de productos agrícolas – que, con posterioridad al Acuerdo de 1947, había sido prácticamente excluido de las negociaciones multilaterales, con el Acuerdo de Marrakech se halla dentro de la esfera de la OMC. Por otra parte,  el comercio de productos textiles, que desde principios de la década de 1960 por el Acuerdo Multifibras (AMF), se reintegró progresivamente las disciplinas de la OMC a partir de la Ronda Uruguay,proceso  que culminó en el año 2004.- Los acuerdos Los Acuerdos de la OMC abarcan los bienes, los servicios y la propiedad intelectual.  Establecen los principios de la liberalización, así como las excepciones permitidas.  Incluyen los compromisos contraídos por los distintos países de reducir los aranceles aduaneros y otros obstáculos al comercio y de abrir y mantener abiertos los mercados de servicios.  Establecen procedimientos para la solución de diferencias.  Prescriben un trato especial para los países en desarrollo.  Exigen que los gobiernos den transparencia a sus políticas, mediante la notificación a la OMC de las leyes en vigor y las medidas adoptadas, y con el mismo objeto se establece que la Secretaría elabore informes periódicos sobre las políticas comerciales de los países. A menudo se alude a esos acuerdos como las normas comerciales de la OMC y se describe a la OMC diciendo que está “basada en normas”, es un sistema basado en normas.  Ahora bien, es importante recordar que las normas son realmente acuerdos negociados por los gobiernos. Esos acuerdos establecen normas fundamentales sobre las siguientes cuestiones: agricultura, textiles y vestido, servicios bancarios, telecomunicaciones, contratación pública, normas industriales y seguridad de los productos, reglamentos sobre sanidad de los alimentos, propiedad intelectual, prácticas desleales del comercio internacional (dumping y subsidios), salvaguardias y muchos temas más. El cuerpo normativo consta de 30 acuerdos, así como los respectivos compromisos (llamados “Listas de compromisos”) contraídos por los distintos Miembros en esferas específicas, por ejemplo la reducción de los tipos arancelarios o la apertura de los mercados de servicios. La OMC extiende su competencia a todas las cuestiones reguladas por el Acuerdo de Marrakesh, integrado por el mismo Acuerdo de creación del órgano, junto con cuatro anexos. Los anexos I, II y III son obligatorios para todos los miembros, en tanto que el IV resulta exigible sólo para los firmantes. Esquema general en seis partes El índice de la publicación “Los resultados de la Ronda Uruguay de negociaciones comerciales multilaterales:  los textos jurídicos” es una impresionante lista de alrededor de 60 acuerdos, anexos, decisiones y entendimientos.  De hecho, los acuerdos quedan comprendidos en una estructura simple con seis partes principales:  un acuerdo general (el Acuerdo por el que se establece la OMC);  acuerdos con respecto a cada una de las tres amplias esferas de comercio abarcadas por la OMC (bienes, servicios y propiedad intelectual);  solución de diferencias; y exámenes de las políticas comerciales de los gobiernos. Los acuerdos correspondientes a las dos principales esferas — bienes y servicios — tienen una estructura común en tres partes, aunque en detalle son a veces completamente diferentes. Empiezan con los principios generales:  el Acuerdo General sobre Aranceles Aduaneros y Comercio (GATT) (con respecto a las mercancías) y el Acuerdo General sobre el Comercio de Servicios (AGCS).  (La tercera esfera, los aspectos de los derechos de propiedad intelectual relacionados con el comercio (ADPIC) está comprendida también en esta categoría aunque actualmente no tiene partes adicionales.) A continuación vienen los acuerdos y anexos adicionales, que tratan de las necesidades especiales de determinados sectores o cuestiones. Por último, están las extensas y detalladas listas de compromisos contraídos por los distintos países, por los que permiten específicamente el acceso a sus mercados de productos extranjeros o proveedores extranjeros de servicios.  En el caso del GATT revisten la forma de compromisos vinculantes sobre los aranceles aplicables a los bienes en general, y combinaciones de aranceles y contingentes con respecto a algunos productos agropecuarios. Como soporte de todo ello está el sistema de solución de diferencias, basado en los acuerdos y compromisos, y los exámenes de las políticas comerciales, que constituyen un ejercicio de transparencia. LA RONDA DE DOHA Inicios La última Ronda es la Novena, en el marco del Programa de Doha para el Desarrollo, en el año 2001 se lanzó un programa de trabajo muy amplio que debía concluirse el 1 de enero de 2005, y como es de pública notoriedad a la fecha ello no ha ocurrido. Estas negociaciones incluyen los temas de agricultura, servicios, comercio u medio ambiente, trato especial y diferenciado, normas de la OMC (antidumping, subvenciones y acuerdos comerciales regionales), acceso a mercado para productos no agrícolas, examen de Entendimiento de Solución de Diferencias (ESD) y cuestiones relativas a la aplicación.(3) Originariamente debían tratarse entre otras las siguientes cuestiones: En cuanto a la agricultura, el mandato de Doha establece el compromiso de “celebrar negociaciones globales encaminadas a lograr: mejoras sustanciales del acceso a los mercados; reducciones de todas las formas de subvenciones a la exportación, con miras a su remoción progresiva; y reducciones sustanciales de la ayuda interna causante de distorsión del comercio”. Sobre el denominado “acceso a los mercados para los productos no agrícolas” (un eufemismo para referirse a los productos industriales), el mandato pide a los Miembros reducir o eliminar los aranceles, incluida la reducción o eliminación de los picos arancelarios. En el área de los servicios, se ha iniciado el proceso de negociación de un nuevo conjunto de compromisos de liberalización bajo el enfoque de la petición-oferta. En las esferas relacionadas con el desarrollo, una serie de disposiciones referidas al trato especial y diferenciado han llegado al punto de un acuerdo ad referéndum, Finalmente también se está intentando aclarar y mejorar el entendimiento sobre la Solución de las Diferencias (ESD), según lo solicitado en la Declaración de Doha.  (4) Actualidad: La Reunión Ministerial de Julio 2008.- El 30 de julio de 2008 finalizó en Ginebra la reunión del Comité de Negociaciones Comerciales, que tuvo por objeto principal la consideración de las modalidades de negociación en Agricultura y Productos no Agrícolas (NAMA) y la realización de una Conferencia de Señalización en Servicios. Las discusiones se basaron, en un principio, en las versiones revisadas de los borradores de modalidades, presentadas por los presidentes de los Comités de Negociación de Agricultura y NAMA el 10 de julio próximo pasado. A pesar de la intensidad de las tratativas, que se extendieron entre el 21 y el 29 de julio, no se pudo zanjar la diferencia de posiciones, que abarcó tanto al texto agrícola, donde quedaron numerosas cuestiones pendientes, como al de NAMA, donde persistieron enfoques controvertidos respecto al nivel de ambición que debían comprometer los países desarrollados y en desarrollo. De tal forma, la reunión concluyó sin que se arribara a un resultado positivo. Modalidades para Agricultura - Modalidades para NAMA.- El desequilibrio del paquete final, que contenía numerosos temas sin definición en la primera de las áreas y una demanda de mayores cortes arancelarios en materia industrial para los países en desarrollo en comparación a la propuesta para los países desarrollados, fue el motivo principal de que no pudiera llegarse a las coincidencias necesarias para la aprobación de las modalidades. Un comentario especial merece el procedimiento de negociación. El Director General, Pascal Lamy organizó las negociaciones sobre Agricultura y NAMA en un grupo de 35 ministros y viceministros que estimaba representativos del conjunto de las delegaciones. Posteriormente la discusión sustantiva se concentró  en sólo siete delegaciones, denominado G-7. (Estados Unidos, la Unión Europea, Japón, Brasil, India, China y Australia). Una vez que los temas recibían un tratamiento intensivo en esa instancia, recién se transparentaban al Grupo más amplio de 35 delegaciones y, posteriormente, al conjunto de los miembros integrantes del Comité de Negociaciones Comerciales. Este proceso impidió que la mayor parte de los ministros asistentes pudieran involucrarse personalmente en los temas y, de esa forma, impulsar políticamente las negociaciones. Dentro del Grupo de los siete, el Director General trató de impulsar un paquete de propuestas que la Unión Europea y los Estados Unidos caracterizaron como no negociable, es decir el resultado que debía guiar la redacción de las modalidades. Este paquete, que fue apoyado por los Miembros desarrollados y Brasil, no llegó a ser considerado por los demás Miembros, al quedar trabado en la discusión del mecanismo de Salvaguardia Especial para los países en desarrollo en Agricultura, donde India, acompañado en cierta medida por China, rechazó los gatillos de volumen y otras condiciones de activación del mecanismo. Es de destacar que, la salvaguardia especial para los países en desarrollo no fue la única razón por la que la reunión ministerial no llegó a un resultado positivo. Otros temas de importancia del paquete presentado por el Director General no contaban tampoco con el apoyo de todos los Miembros como para llegar a un consenso. Esto comprendía a Agricultura, a NAMA y otras cuestiones, como la extensión de las indicaciones geográficas. Agricultura Entre las principales propuestas y cuestiones que se debatieron se destacan entre otras las siguientes: Países desarrollados Ayuda interna distorsionante total (OTDS). Se establece un límite máximo para las ayudas domésticas definidas como distorsionantes. Este es un paso positivo con relación a la situación existente, teniendo en cuenta que los actuales límites consolidados permiten multiplicar numerosas veces las actuales subvenciones aplicadas en la Unión Europea, los Estados Unidos y Japón. Salvaguardia Especial: Se elimina la salvaguardia del artículo 5 del Acuerdo sobre la Agricultura para los países desarrollados, que permite el incremento de aranceles, en caso de aumento de importaciones en volúmenes o de baja de precios con relación al período de base. La eliminación se producirá en un plazo de 7 años, previéndose que en el ínterin podrá usarse sólo para el 1% de las posiciones arancelarias –22 líneas en el caso de la UE– y sin que se supere el arancel consolidado de la Ronda Uruguay. Países en desarrollo Productos especiales: A los productos, vinculados a la subsistencia y al medio de vida de los campesinos de los países en desarrollo, no se aplica el corte general de aranceles de la fórmula estratificada.                Mecanismo de Salvaguardia Especial: El mecanismo de salvaguardia especial permite a los países en desarrollo elevar temporalmente sus aranceles por encima de los niveles consolidados. El propósito es el de proteger a su producción doméstica de aumentos repentinos de las importaciones o de bajas en los precios de algunos alimentos. Subvenciones a la exportación: Se aceptó su eliminación en 2013, con reducciones anuales iguales en los montos presupuestarios. En cuanto a los compromisos sobre volúmenes exportados, se conversó sobre un posible statu quo, es decir no aumentar las cantidades subvencionadas por productos específicos hasta la eliminación final de las subvenciones a la exportación. Es importante señalar que algunas cuestiones centrales quedaron sin tratar, como es el caso de los cortes mayores al promedio para las subvenciones al algodón, los topes de subvenciones por productos específicos, las disciplinas para las subvenciones permitidas o de caja verde, la metodología de designación parcial para la expansión de cuotas y los datos que deben anexarse a las modalidades a los fines de verificar el cumplimiento de compromisos. Productos no Agrícolas (NAMA) El documento propuesto por el Director General, Pascal Lamy, durante la reunión ministerial, no presenta grandes modificaciones respecto del texto que presentara el Presidente del Grupo de Negociación de NAMA el 10 de julio de 2008. Las dos propuestas no reflejan el trato especial y diferenciado para países en desarrollo, que supone que las flexibilidades no deben estar vinculadas al porcentaje de corte arancelario, el principio de reciprocidad menos que plena en los compromisos de reducción, que obliga a los países desarrollados a cortar sus aranceles en mayor medida que los países en desarrollo, ni el párrafo 24 de la  Declaración Ministerial de Hong Kong, que dispone alcanzar un nivel de ambición comparablemente elevado en acceso a mercados en Agricultura y Productos no Agrícolas. Las bases que se pusieron a consideración de los ministros no incluyeron la posición de un grupo importante de países en desarrollo, participantes del NAMA, que sostuvo a través de diversas propuestas la importancia de respetar los compromisos acordados en el Mandato de Doha, el Marco de Julio de 2004 y la Reunión Ministerial de Hong Kong. En cuanto a las posiciones arancelarias sensibles para los países en desarrollo, en las que los aranceles se recortan a la mitad del promedio general, no se tuvo en cuenta la solicitud formulada por el MERCOSUR de permitir un número equivalente al 16% del total de líneas NAMA para las uniones aduaneras. El paquete de NAMA incluido en las propuestas del Director General no llegó a ser negociado en razón del impasse a que llegó la discusión del mecanismo de salvaguardia especial para países en desarrollo en Agricultura. Servicios Respecto a esta área de negociación, el 26 de julio de 2008, con la presencia de 32 delegaciones, se llevó a cabo una reunión ministerial denominada “Conferencia de Señalización”. La reunión fue impulsada principalmente por los países desarrollados, quienes consideraban que un progreso sustantivo en la materia era indispensable para impulsar las negociaciones de Doha. A diferencia de las reuniones en materia de comercio de bienes (Agricultura y NAMA) donde se buscaba acordar las modalidades de negociación, el objetivo de la Conferencia en Servicios fue el de dar una señal política de alto nivel sobre el grado de compromiso de los Miembros para ofrecer nuevas concesiones y acordar disciplinas sobre regulaciones nacionales. Al concluir la Conferencia, el Director General Pascal Lamy resaltó la amplia cobertura sectorial y modal dada por los Ministros como “señal” de progreso en la negociación. Otros Temas Además de las áreas de Agricultura, Productos no Agrícolas y Servicios, durante la reunión ministerial se discutieron algunas cuestiones vinculadas al Acuerdo sobre los Derechos de Propiedad Intelectual relacionados con el Comercio (TRIPs por su sigla en inglés). Esas cuestiones se refirieron a tres temas, que fueron objeto de consultas conducidas por el Director General y posteriormente por el Ministro de Relaciones Exteriores de Noruega, designado como “facilitador”. Si bien no involucraban aspectos centrales de la negociación, reflejaban la presión política ejercida por la UE y algunos países en desarrollo –principalmente India y Brasil– a fin de que sus intereses en propiedad intelectual fueran contemplados al momento de decidir sobre las modalidades. Los tres temas consultados fueron: a) el establecimiento de un sistema de notificación y registro de Indicaciones Geográficas (IG) de vinos y bebidas espirituosas; b) la extensión de la protección de las indicaciones geográficas a productos distintos de vinos y bebidas espirituosas; c) la relación entre el Acuerdo TRIPs y el Convenio sobre la Diversidad Biológica (CDB) respecto a la divulgación del origen del recurso genético y del conocimiento tradicional asociado. La falta de consenso sobre el alcance del mandato de negociación y las cuestiones de substancia que se comentaron, llevó al Ministro de Relaciones Exteriores de Noruega a señalar que propondría un papel de compromiso a los ministros, basado en aspectos de procedimiento. La solución que finalmente proyectó avanzaba sobre el statu quo, promoviendo la posición de los Miembros con intereses ofensivos en estos temas. En concreto, disponía la constitución de Grupos de Trabajo presididos por facilitadores designados por el Presidente del Comité de Negociaciones Comerciales, que funcionarían dentro del ámbito de ese Comité. Postergaba las decisiones en caso de alcanzarse acuerdo para el momento de la aprobación del compromiso único al final de la Ronda. La imposibilidad de arribar a la etapa final de consideración de las modalidades, ante el impasse de la negociación del mecanismo de salvaguardia especial para países en desarrollo, impidió que este tema, así como otros con sustanciales diferencias entre los Miembros, llegara finalmente a presentarse a los Ministros. (5) El Resultado de las Negociaciones La reunión ministerial adoleció de problemas de sustancia y de proceso que dificultaron el acortamiento de las divergencias y, por ende, la aprobación de las modalidades. En función de la falta de acuerdo y de las circunstancias políticas internacionales, entre ellas los calendarios electorales, es probable que las negociaciones de Doha queden postergadas por cierto tiempo, en principio hasta bien entrado el año 2009. Sólo cuando sea posible la adopción de decisiones nacionales en los temas más controvertidos, será posible reencauzar efectivamente la Ronda Doha. En el ínterin es posible progresar en cuestiones técnicas, las que están vinculadas sobre todo con la transparencia, esto es, la identificación de los temas en que hay convergencia y aquellos en los que continúan las divergencias. Los listados correspondientes servirán para definir una línea de trabajo a nivel de altos oficiales para cuando las circunstancias políticas permitan abordar las diferencias y trabajar en soluciones de compromiso. En función del desenvolvimiento de la reunión ministerial de julio, no fue posible contar con una visión clara de los progresos alcanzados. Por otra parte, los informes de los presidentes de los grupos de negociación de Agricultura y NAMA, que fueran distribuidos recientemente, no aportan mayores precisiones sobre el particular. Adicionalmente, el último de ellos insiste en una arquitectura que, al imponer resultados, no facilita la búsqueda de consensos, a pesar que las diferencias de corte de aranceles industriales de las distintas propuestas no pueden caracterizarse como significativas. Las primeras reacciones indican que será necesaria una discusión amplia y profunda entre los miembros a fin de definir los puntos de partida para la nueva etapa, los que deberán ser discutidos y aprobados oportunamente por el Comité de Negociaciones Comerciales. De aquí en adelante, cuando las circunstancias políticas lo permitan, esto es cuando los países de mayor peso comercial cuenten con la autoridad y el mandato que les permita salir de posiciones rígidas, será posible reanudar efectivamente las negociaciones, reducir las diferencias y dejar pocas opciones para una decisión ministerial. De esta forma, se contará con una base sólida para aprobar las modalidades y entrar a la etapa final de la Ronda. Los recientes resultados en las elecciones de EEUU,  avizoran un panorama no muy optimista, teniendo en cuenta la presunta política proteccionista de quien dirigirá aquella nación a partir de 2009.- NUEVOS DESAFIOS EN LAS AMERICAS Introducción Las negociaciones multilaterales que se analizan en este contexto, traerán aparejadas reacciones de regiones, países y bloques plurilaterales que verán directamente afectados sus mercados y economías. La incidencia que los resultados de la Ronda reflejarán en el ámbito geográfico Norte-Sur se procurarán explicitarlos infra. Ley Agrícola de los Estados Unidos La reciente aprobación legislativa de la norma indicada traerá directas incidencia en el ámbito de la OMC atendiendo a las tratativas que se vienen llevando a cabo y a los efectos que se derivarán respecto del Comercio Internacional Agrícola. A los fines de un mejor análisis conviene reseñar mínimamente algunas circunstancias que no pasarán desapercibidas en el ámbito de la negociaciones  no concluidas de la Ronda de Doha. La ley agrícola de 2002-2007 de los Estados Unidos, que vencía en septiembre de 2007, fue sucesivamente prorrogada hasta la sanción de la actual norma el 14 de junio de 2008. Las prórrogas se debieron a las diferencias entre la Administración y el Congreso respecto a las características que debía asumir la nueva legislación. Desde un comienzo, la Administración buscó que la nueva ley fuera menos vulnerable a los desafíos multilaterales, tratando de desvincular los programas de pagos contracíclicos de la obligación de producir. Todo ello sin recortes en los gastos ni en los precios de referencia de los programas tradicionales. Una vez presentado el proyecto de ley al Congreso, el debate legislativo giró en torno a la necesidad de aumentar los fondos para los programas de ayuda alimentaria interna –estampillado de alimentos–, conservación del ambiente, energía renovable y desarrollo rural. Las presiones del Ejecutivo para recortar los montos de ayuda a los productores agropecuarios no se reflejó en una sustancial modificación del presupuesto 2008-2012 sino en propuestas de reestructuración de los programas vigentes. De hecho, los congresistas de ambas cámaras propusieron incrementar las tasas y los precios de referencia para los programas del título de commodities, sin considerar el contexto de altos precios de los alimentos ni las negociaciones en curso en la Organización Mundial de Comercio (OMC). Antecedentes: Los dos antecedentes más importantes de la ley actual son las leyes de 1996 y de 2002, que se describen a continuación. La Ley Federal de Agricultura – 1996 Sancionada con el objetivo de alcanzar a largo plazo una política agrícola orientada al mercado y de eliminar la dependencia de los productores respecto de los programas de subsidios, la ley estableció pagos anuales fijos y declinantes (Market Transition Payments) no atados a los precios de mercado. Sin embargo, posteriormente el Congreso estableció pagos adicionales, con renovaciones periódicas durante toda la vigencia de la ley, que se conocerían como pagos de asistencia por pérdidas de comercialización. La Ley Agrícola de 2002. Mantuvo los pagos fijos y los préstamos de comercialización no recurribles para los principales cultivos e incorporó los pagos contracíclicos, que se activan cuando los precios caen por debajo de un precio meta fijado por el gobierno. Esta ley agrícola revirtió la tendencia comenzada por la ley de 1996 respecto de una mayor orientación al mercado. Contempló los anteriores niveles de ayuda y sumó los suplementos otorgados por el Congreso entre 1998 y 2001 en concepto de asistencia por emergencias agrícolas. Tanto en la ley 2002 como en la de 2008, los principales mecanismos de ayudas son los pagos directos, los pagos contracíclicos y los préstamos de comercialización, y están dirigidos a dos clases de cultivos: “covered commodities” (productos cubiertos) y “loan commodities” (productos del préstamo). Los pagos directos y los pagos contracíclicos se aplican a los commodities cubiertos y los préstamos de asistencia a la comercialización a los commodities del préstamo. La mayor parte de los pagos realizados bajo estos tres programas se dirigen a un pequeño número de granos. Los granos forrajeros, especialmente el maíz, reciben la mayor parte de la ayuda, seguidos por el algodón, trigo, oleaginosas y arroz. Pagos Directos Los pagos directos son pagos fijos otorgados a los productores no relacionados con los precios ni con la producción actual. Una granja es elegible en proporción a sus acres base, que se calculan como un promedio histórico del área sembrada de un producto. Bajo este esquema, un productor no está obligado a producir los granos receptores de ayudas, sino que puede cultivar cualquiera a excepción de frutas y vegetales. También puede optar por no cultivar nada e igualmente percibir los beneficios. Pagos Contracíclicos (PCC) Los pagos contracíclicos son ayudas que se activan automáticamente cuando los precios de mercado caen por debajo de un precio objetivo o de referencia fijado legalmente (Monke, 2006). Se implementaron por primera vez en 1973 y se discontinuaron en la ley agrícola de 1996. La ley agrícola de 2002 los reestableció para el trigo, piensos, arroz y algodón de altura y lo extendió a la soja, otras oleaginosas y al maní. Préstamos para comercialización y pagos del préstamo en deficiencia.                Bajo este programa, las tasas del préstamo actúan como una garantía del precio de los productos. Si los precios de mercado caen por debajo del nivel de la tasa, los productores reciben el subsidio por la diferencia. Como el programa depende de los valores de mercado, los desembolsos pueden variar anualmente. Los préstamos otorgan al productor financiamiento y le permiten recibir un ingreso por su cosecha cuando lo solicita y al mismo tiempo almacenar el grano para su venta posterior, con posibles precios más altos. Este tipo de ayudas son no recurribles, lo que significa que el gobierno acepta el grano como garantía total del préstamo incluso si el precio de mercado es menor al costo de producción. El programa de estampillado de alimentos es una ayuda destinada a la población de bajos ingresos para la compra de bienes alimenticios. El título de comercio de la ley desarrolla programas de ayuda alimentaria, tanto para otros países como a nivel local y también destina fondos para promocionar los productos americanos en el exterior. La Food, Conservation and Energy Act 2008-2012: Mantiene los programas de la ley 2002 con cambios menores, contempla mayores desembolsos para programas alimenticios, demandados por los legisladores de los distritos urbanos, e incrementa los precios de referencia y las tasas del préstamo para varios de los commodities. Bajo este nuevo esquema, más allá de los altos precios internacionales, como los valores de referencia son superiores a los de la ley anterior, aumenta la probabilidad de que se activen las ayudas bajo los pagos contracíclicos y los préstamos de comercialización. Las negociaciones comerciales internacionales en el marco de la Ronda Doha no limitaron el margen de maniobra legislativo en cuanto al establecimiento de mayores niveles de ayuda interna. El Congreso pasó por alto el debate sobre reducción de los subsidios y vinculó una eventual modificación de la ley al cierrre de la Ronda, y en especial, a una mayor apertura de mercado por parte de los países en desarrollo. Como lo ha hecho históricamente, no condicionó sus opciones de política doméstica a las eventuales nuevas disciplinas internacionales, como sí lo haría un país de menor peso en la economía internacional. Sin embargo, como varios de los programas de ayuda se activan cuando los precios de mercado están bajos, en el actual contexto de precios elevados, EE.UU. podría cumplir con los compromisos que se están diseñando en la Ronda Doha. El Congreso Estadounidense La actual ley debió estar aprobada en octubre del año 2007, pero dado el desacuerdo entre las cámaras acerca de cómo financiar los aumentos propuestos para los programas de alimentos y conservación, el Congreso solicitó múltiples prórrogas al Poder Ejecutivo, que en forma permanente expresó que de no haber un recorte de los programas de ayuda, vetaría la ley. El texto aprobado el 14 de junio de 2008 no se amalgama con las presiones internacionales para bajar los niveles de ayuda interna y cerrar las negociaciones de la Ronda Doha. Los principales mecanismos de ayuda a la agricultura entraron en vigencia con posterioridad a su sanción. Lo aprobado contradice la posición del Ejecutivo que negocia en la OMC una reducción de los niveles de ayuda distorsiva. Collin Peterson, presidente de la Comisión de Agricultura de la Cámara de Representantes, sostuvo que las negociaciones deberían comenzar de nuevo, y su contraparte en el Senado, Tom Harkin, manifestó que cuando se llegue a un acuerdo multilateral, que dudaba fuera este año, el Congreso revisaría la ley para hacerla compatible con él. La coincidencia entre la conclusión de la nueva ley agrícola y el intento de finalizar las negociaciones multilaterales genera incertidumbre respecto de la capacidad de EE.UU. de cumplir con los eventuales compromisos multilaterales en el área agrícola. Las notificaciones a la OMC Por los compromisos derivados del Acuerdo sobre la Agricultura de la Ronda Uruguay, los países deben notificar a la OMC los niveles de las ayudas internas otorgadas. Estados Unidos ha presentado notificaciones correspondientes a los años 1995 a 2005. Los programas agrícolas de ayuda interna están distribuidos en compartimentos —ámbar, azul y verde— de acuerdo a su nivel relativo de distorsión del comercio. Cuando las ayudas de caja ámbar por producto son inferiores a cierto valor mínimo, esa ayuda otorgada se considera como pago de minimis y no se suma al total de la Medida Global de Ayuda (MGA), que es el valor correspondiente a la ayuda de la caja ámbar. En la MGA se incluyen tanto los desembolsos presupuestarios como también la ayuda equivalente de los programas de sostén de precios, por lo que el valor que se notifica no suele coincidir con el informado como gasto presupuestario por el Departamento de Agricultura. La suma de la caja ámbar, los pagos de minimis y la caja azul conforman la ayuda interna global. (6) Resumen Desde la óptica de las negociaciones internacionales, la ley actual poco hace por cumplir con los potenciales compromisos de reducción de la ayuda interna que se plantean bajo la Ronda Doha. Por el contrario, los mayores niveles de ayudas que permitiría esta ley en caso de reducción de los precios indican que la prioridad americana es con los actores domésticos y en menor medida con las instituciones internacionales. La sanción de la ley significa que el Congreso no ata sus manos al plano multilateral, sino que sujeta la modificación de su legislación interna a un primer acuerdo y ofertas de los demás socios. Sin embargo, el actual contexto de altos precios indica que en la práctica, muy posiblemente, EE.UU. no deba recurrir al otorgamiento de ayudas, aunque si tendrá el marco legal para implementarlas. Existen posturas disímiles y críticas por estos beneficios. Estas voces no surgieron sólo entre los intelectuales independientes, sino desde el mismo seno del poder legislativo americano. Cada vez parece más evidente que la ley agrícola y sus programas de ayuda no resistirían los desafíos en el marco de la OMC. Además, Estados Unidos también otorga subsidios a los biocombustibles a través de incentivos fiscales a quien efectúa la mezcla del etanol con el combustible fósil (blender) y que de manera indirecta benefician a los productores del maíz, principal materia prima para elaborar el etanol. Esta ayuda no fue notificada a la OMC. Sin embargo, debería incluirse en la Medida Global de Ayuda. El principal desafío de los negociadores americanos, en caso de concluir la Ronda Doha, será el de alcanzar el compromiso del poder legislativo de reformar el actual esquema de ayudas, que potencialmente se incrementaron de manera sustancial respecto de la ley anterior.  Problemática Regional - El Mercosur No es novedad que el sistema Multilateral de Comercio, atraviesa una situación compleja que impide a sus participantes alcanzar acuerdos satisfactorios. Desafíos en la negociación internacional, como la difícil convivencia entre el multilateralismo y el regionalismo, el avance de acuerdos preferenciales en Asia – Pacifico, las asimetrías en los acuerdos comerciales Norte-Sur y las negociaciones por la regulación de las inversiones, entre otros resultan problemas irresueltos. La inserción de América Latina en la economía internacional y su débil participación en las cadenas de valor es preocupación generalizada. La región, sigue compitiendo a partir de ventajas comparativas estáticas, basadas en la disposición de recursos naturales o de mano de obra barata, pero presenta dificultades en nuevas tendencias como la descentralización de actividades. (7) Para analizar los efectos de aquel diagnostico resulta importante repasar el origen de la problemática. El Doha redondo crearía un tercer tipo de salvaguarda, el mecanismo especial de la salvaguardia (SSM), pero solamente para los países en vías de desarrollo. No podría ser utilizado si otra salvaguardia fue utilizada en el producto como por ejemplo el SSG. El punto de la contención utilizaba el SSM para aumentar tarifas, aquí es donde la filosofía básica incorporó la discusión. Algunos países opusieron tarifas más arriba que las comisiones actuales como cuestión de no ir detrás en la liberalización. El uso del SSM no tiene que ser accionado por fluctuaciones normales en precio o la extensión comercial normal y no ser limitada al período de la liberalización. Otros países insistieron que estén admitidos ayudar a granjeros pobres y vulnerables con el SSM. Los países en vías de desarrollo que bregan por una solución equilibrada son los que tienen una clase media cada vez mayor que busca un acceso al mercado alimentario más barato, y millones de gente pobre que necesita una oportunidad de participar en comercio internacional para mejorar sus condiciones económicas. El 2 % Que Separan al Mercosur Los países latinoamericanos no son ajenos al descontento al que se hizo referencia al comienzo. En la propuesta de Doha se incluyó un recorte promedio de 54% a los aranceles de la mitad de los productos industriales que importan los países en desarrollo. A pesar que Brasil admitió el trato, "a fin de salvar la Ronda", Argentina dijo que era inaceptable. Según explicó la enviada de la BBC a Ginebra, Marcia Bizzotto, los diplomáticos argentinos luchaban para que se pueda proteger por lo menos el 16% de los productos más sensibles del impacto de una reducción de aranceles, mientras que el gobierno brasileño aceptó que la protección fuera sólo del 14%. Este desacuerdo ocasionó tensión entre los socios del Mercosur, aunque el Canciller brasileño, Celso Amorim, intentó limar asperezas y señaló a la prensa que ellos harán "todo lo que sea necesario para ayudar" a la posición argentina. De todos modos, la Ronda de Doha no podría ser implementada si uno de los países esta en desacuerdo. Según las reglas de la OMC, los 154 países tienen que aprobar la propuesta por consenso y es por eso lo difícil de las negociaciones. Conviene destacar en este marco la eventual y posible violación de Brasil al Preámbulo del Tratado “la coordinación de las políticas macroeconómicas y la complementación de los diferentes sectores de la economía, con base en los principios de gradualidad, flexibilidad y equilibrio” . A los artículos: 1_  ... “la adopción de una política comercial común con relación a terceros Estados o agrupaciones de Estados y la coordinación de posiciones en foros económico-comerciales regionales e internacionales”, “La coordinación de políticas macroeconómicas y sectoriales entre los Estados Partes: de comercio exterior, agrícola, industrial, fiscal, monetaria, cambiaria y de capitales, de servicios, aduanera, de transportes y comunicaciones y otras que se acuerden, a fin de asegurar condiciones adecuadas de competencia entre los Estados Partes”. Y Artículo 4 “En las relaciones con terceros países, los Estados Partes asegurarán condiciones equitativas de comercio. A tal efecto, aplicarán sus legislaciones nacionales para inhibir importaciones cuyos precios estén influenciados por subsidios, dumping o cualquier otra práctica desleal. Paralelamente, los Estados Partes coordinarán sus respectivas políticas nacionales, con el objeto de elaborar normas comunes sobre competencia comercial”. Si bien la Argentina puede ser responsable por no adoptar las políticas internas necesarias para reforzar los principios del mismo Mercosur, violando también al tratado, no se puede alegar la existencia del no cumplimiento de un  Estado justificándose en el incumplimiento de otro estado miembro. Políticas Duales Los dos países votaron separados en las cruciales reuniones para la liberalización comercial de Julio del corriente año. El Canciller brasileño, Celso Amorim, ofuscado por las críticas al acuerdo de liberalización de los intercambios comerciales internacionales que el había promocionado, lamentó que el Mercosur no logrará hablar “con una sola voz” y argumentó que la posición brasileña “no podía quedar  de rehén” de la Argentina, que resulta “una paradoja” que el Mercosur mantuviera una posición unida en las negociaciones del ALCA (Área de Libre Comercio de las América, abandonada hace años.) y con la Unión Europea también paralizadas, mientras que “en la OMC no lo conseguimos. El Canciller Jorge Taiana y el Secretario de Comercio Internacional, Alfredo Chiaradía, justificaron el voto argentino en que la postura brasileña se acercaba más a la de los países desarrollados. Era un abismo respecto de la posición argentina. “Si más que una integración que contemple las asimetrías que existen, lo que busca Brasil son mercados, no hay alianza posible”. Esa preocupación se magnificó, cuando Brasilia autorizó líneas de créditos por casi US$ 2000 millones para contrarrestar la pérdida de competitividad de las empresas brasileñas por la depreciación del tipo de cambio, mientras que en Argentina se debatían las “Retenciones Móviles”. Es vital contemplar las distintas etapas de desarrollo en las que se encuentran las industrias argentinas y brasileña. Si va a haber una integración, hay que seguir el ejemplo de la Unión  Europea, en la que los más poderosos financiaron la reconversión de los más débiles. Queda claro que Brasil y Argentina ratificaron sus posiciones, bien diferentes en las negociaciones de Doha. Brasil, cercano a Europa y Estados Unidos, se mostró partidario de ser más dúctil a la hora de bajar los aranceles a los productos industriales en el marco de las negociaciones de la OMC para liberalizar más el comercio internacional. Argentina, con la India, China y Venezuela se mostró más proteccionista en dicho sector y continúa poniendo como condición para abrir sus industrias al hecho de que los países ricos bajen aún más sus aranceles agrícolas. La bilaterización del intercambio Hay quienes proponen que se flexibilice el Mercosur. Es decir, que se revise la decisión tomada en el 2000 de negociar en forma conjunta acuerdos de libre comercio con terceros países. ¿No sería apropiado dar más libertad a cada socio? A pesar de que en Brasil se sostenga que no se quiere flexibilizar el MERCOSUR, los últimos acontecimientos parecerían demostrar lo contrario. Por lo demás, la ausencia de un requisito fundamental cual es la “Personería Internacional Objetiva” (8) priva al bloque de actuar en conjunto, lo que torna mucho más difícil cualquier negociación. A mi criterio es la principal traba para lograr consolidar el mercado común. La posición de Brasil en la reunión celebrada entre los Ministros de Comercio de los principales interesados en las negociaciones llevadas a cabo entre el 21 y el 29 de Julio pasado, no fue el producto de una política consensuada en el seno del MERCOSUR.- Más allá de las naturales divergencias, en esta instancia las diferencias se hicieron más manifiestas – no hubo más remedio que sacarlas a la superficie – , en la medida en que se estuvo al borde de un acuerdo sobre las modalidades de negociación en Agricultura y Bienes No Agrícolas. Como sucedió en anteriores oportunidades – la más cercana de las cuales fue la negociación Mercosur - Unión Europea –, afloraron posturas diferentes de los Estados Partes, que no son sino el reflejo fiel de la falta de consenso interno sobre el propio destino del Mercosur. A juzgar por algunas declaraciones conocidas en los últimos días, el debate interno acerca de la posibilidad / conveniencia, o no, de liberar parcialmente a los miembros, para negociar con terceros países, o bloques comerciales, al margen de la política comercial común – el caso más evidente se vincula con el planteo de Uruguay, que retomaría ahora con mayor fuerza – , tendería a intensificarse, e incluso podría transformarse en un punto de inflexión en la marcha del proceso de integración. A raíz de tal situación Ignacio Lula da Silva, sostuvo que es muy importante que Brasil y Argentina no se miren como  competidores, sino como socios. Argentina tiene que mirar a Brasil como un mercado de 190 millones de habitantes. El acuerdo lanzado oficialmente y que utiliza reales y pesos en el  intercambio comercial bilateral dejando de lado el dólar, demuestra los avances entre ambos países. Más adelante agregó, que Argentina está en un proceso de reindustrialización y en función de esa realidad, Brasil tiene conciencia del papel que juega en la Ronda de Doha y de cómo combinar eso con la cooperación con Argentina para su recuperación industrial. No hubo diferencias conceptuales explicitas cuando se negociaba la mayor apertura del mercado para bienes industriales. En algunos momentos se tiene que tomar en cuenta la situación del Estado Nacional. No se deben ver en tales situaciones como conflictos, sino situaciones de diferencias; diferencias económicas y de potencial industrial. Cuando Brasil estuvo dispuesto en la Ronda de Doha a realizar un acuerdo  para agricultura y productos industriales, es porque el país estaba dispuesto a realizar, en el ámbito del Mercosur, las compensaciones que exigiera Argentina para no tener problemas. Definiciones En un ambiente de negociación llega una hora en que se acepta o rechaza la propuesta, no hay términos intermedios. Ocurre que Brasil trabajó todo el tiempo teniendo en cuanta que Doha debería tener un instrumento: favorecer a los más pobres del mundo, que dependen casi exclusivamente de la agricultura y con un mercado europeo prácticamente cerrado para ellos. El Presidente del Brasil, enfatizó que la contrapartida de ellos, era flexibilizar los productos industriales en un acuerdo a  10 años y que daba el tiempo suficiente para que en el ámbito de la relación  Brasil – Argentina hacer las compensaciones que fueran necesarias para no poner obstáculos a nuestra industrialización. Así, mientras Brasil desde hace tiempo se prepara competitivamente para desafíos mayores y a largo plazo, los otros miembros del mercado común deambulan por una zona que no resulta auspiciosa,  lo que obviamente pone en dudas la marcha normal del bloque y de esta forma resulta muy difícil ser optimista en cuanto al futuro inmediato del grupo. (9) LA PERSPECTIVA GLOBAL Planteo: Merece destacarse que mas allá que en las conversaciones, tratativas, y negociaciones entorno a la Ronda de Doha no han llegado al final, existen ciertas y determinadas cuestiones que resultan gravitante a la luz de los últimos acontecimientos. Las mismas tienen íntima relación con el acontecer, desarrollo y dinámica de los países menos pudientes y sus voces y reclamos son cada vez más consistentes. Sin pretender ahondar en la problemática geopolítica mundial señalo a título personal que resultaría interesante e inexorable el tratamiento – o al menos  intentar desentrañar – de los siguientes asuntos: El Problema  Alimentario En las negociaciones sobre el acceso a los mercados, reconociendo los principios fundamentales de la OMC y las disposiciones pertinentes del GATT de 1994, se prestará especial atención a las necesidades y preocupaciones específicas de las grandes potencias relacionadas con el comercio y el desarrollo, lo que incluye limitaciones y preocupaciones tales como las relativas a la seguridad alimentaria, el desarrollo rural, los medios de subsistencia, las preferencias, los productos básicos y las importaciones netas de productos alimenticios, así como la liberalización unilateral previa, deberán tomarse en consideración, según proceda, en el curso de las negociaciones sobre la agricultura y el acceso a los mercados para los productos no agrícolas. La “seguridad alimentaria” es una cuestión a tener en cuenta para lograr el acuerdo en Doha, por lo tanto resulta coherente decir que actualmente tanto la seguridad en los alimentos y el acuerdo de Doha fueron ampliamente debatidos. Todo surge con más claridad desde el 12 de Agosto del 2008 cuando en Johannesburgo se da a conocer el informe de la “La Evaluación Internacional del Conocimiento, la Ciencia y la Tecnología en el Desarrollo Agrícola” (IAASTD), un estudio de mas de 400 científicos y expertos de todo el planeta, de organizaciones de la sociedad civil y representantes del sector privado cuyos resultados fueron apoyados por 60 países; entre las conclusiones se señala que “los suministros mundiales de alimentos son adecuados, pero 850 millones de personas siguen con hambre y sufren desnutrición porque no pueden acceder, o costearse, los recursos alimenticios necesarios”, añadió Herren uno de los presidentes de la IAASTD, datos que según los estimativos de la ONU se extienden a 100 millones de personas más. Otro de sus jefes es Robert Watson (ex jefe de científicos del banco mundial) quien reconoce que no existen precedentes históricos del elevado precio de los alimentos, “Muchos factores inciden en los precios: la variabilidad climática, que origina caídas en las cosechas en algunas regiones, el aumento del costo de la energía, la producción de biocombustibles y la especulación en los mercados a futuro. Ahora es tiempo de preguntarnos cómo aumentar la producción alimentaria, mantenerla asequible y asegurarle a los agricultores una vida decente. Entre otras causas según numerosas ONGs, académicos, y gobiernos del Sur, se evidencian a los subsidios agrícolas de Estados Unidos y del Reino Unido que combinados con la presión de la Organización Mundial del Trabajo para la liberalización de las importaciones, son responsables por perjudicar las habilidades de los países para alimentarse a sí mismos.  Pascal Lamy ha dicho de manera honesta que: “La OMC no puede ofrecer un alivio inmediato a las alzas en los precios de los alimentos, pero un acuerdo en la Ronda de Doha podría traer soluciones a largo plazo, aunque la OMC no puede suministrar algo inmediato para ayudar a resolver la actual crisis, puede, a través de las negociaciones en la Ronda de Doha, dar soluciones a mediano y largo plazo. Un acuerdo comercial global ayudaría a suavizar el impacto de los altos precios de los alimentos al reducir las barreras al intercambio de bienes agrícolas, como los subsidios que los países ricos dan a sus productores”. El 3 de junio de 2008, más de 240 ONGs, organizaciones agrarias, sindicatos y movimientos sociales de 50 países la mayoría provenientes de Asia, promovido por la red “Nuestro Mundo No Está En Venta”, han enviado una carta contundente al Director General de la Organización Mundial de Comercio, Pascal Lamy, en contra de su intención de concluir la Ronda de Doha como solución a la crisis alimentaria. “La incapacidad para gestionar la actual crisis alimentaria es un ejemplo del fracaso de la OMC en los países del tercer mundo y en realidad se trata de un saqueo en la agricultura de Asia. Nosotros estamos pidiendo soluciones reales que estabilicen la producción de alimentos y distribución para satisfacer la demanda mundial de saludable, adecuada y asequible los alimentos. Los gobiernos deben empezar a retomar una visión a largo plazo de los desafíos que enfrenta la agricultura. Las negociaciones comerciales de la Ronda de Doha no abordan los desafíos más importantes que enfrenta el sistema alimentario mundial, entre los que se cuentan el cambio climático, el agotamiento de los recursos naturales, la cuadruplicación de los precios del petróleo, la ausencia de competencia en los mercados mundiales de productos básicos, la especulación financiera y la expansión acelerada de la producción de agrocombustibles” Sostienen y consideran que el fracaso de la desregulación de los mercado agrícolas se da desde el mismo momento en que la liberación del comercio socava la capacidad de algunos países para alimentarse a si mismos y que la Ronda de Doha agravará la

 

Opinión

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