Barack Obama, presidente de los Estados Unidos, llevó a cabo un discurso desde la Casa Blanca en el cual llamó al Congreso a disminuir los impuestos de la clase media y a finalizar con los beneficios tributarios para los sectores más acomodados del país.

De esta manera, el mandatario busca que el 98% de los estadounidenses que ganan menos de u$s250.000 anuales experimenten una significativa reducción en las cargas que abonan.

Esta política continúa con la línea promovida por el ex presidente George Bush, el cuál había reducido los impuestos. La diferencia radica en que Obama intenta incluir solo a las familias que están encuadradas dentro de la cantidad de ingresos mencionados.

Cabe destacar que en medio de la campaña electoral, el actual presidente estadounidense busca diferenciarse de su adversario político, el multimillonario Mitt Romney, y acercarse más a la clase media.

 “No estoy proponiendo nada radical. Solo creo que todo el que gane menos de u$s250.000 al año debería volver a pagar los impuestos que pagaba bajo (la administración de) Bill Clinton”, sostuvo Obama durante su discurso.

"El futuro de la reducción impositiva para los estadounidenses más adinerados será decidido por los resultados de la próxima elección. Mi oponente peleará por dejarlos en su lugar. Yo pelearé por terminar con ellos”, sentenció el mandatario.