Este 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer, nos brinda la oportunidad de reflexionar sobre los avances y los desafíos persistentes en la búsqueda de la igualdad de género. En este contexto, el liderazgo femenino no solo es fundamental, sino que también representa un motor de cambio y desarrollo que impulsa a las sociedades a ser más equitativas e inclusivas. Desde mi experiencia personal, en una posición de alta responsabilidad, he podido constatar que las perspectivas femeninas en posiciones de liderazgo no solo desafían estructuras tradicionales, sino que también aportan soluciones innovadoras a problemas complejos. Estas soluciones se centran no solo en los resultados, sino también en el proceso y en el bienestar integral de las personas y los equipos.
En el campo legal, donde las dinámicas de poder han favorecido históricamente a los hombres, las mujeres líderes están redefiniendo los estándares de éxito. He tenido la oportunidad de observar de primera mano cómo la inclusión de mujeres en estos roles no solo es una cuestión de equidad, sino también de eficacia. Las mujeres aportan estilos de liderazgo que valoran la colaboración, la empatía, la transparencia y la responsabilidad social, entre otras cualidades esenciales para la creación de entornos laborales sostenibles, respetuosos y exitosos.
El liderazgo femenino implica también la revalorización de la vida personal y familiar.
Las mujeres líderes no solo están redefiniendo sus espacios profesionales, sino que también están negociando activamente cómo vivir plenamente la maternidad y otros aspectos de su vida personal. Este cambio va de la mano con la necesidad de replantear el paradigma de la carga de cuidado en nuestras sociedades, desafiando la norma de que el cuidado debe recaer principalmente en las mujeres.
Al incorporar estas dimensiones, el liderazgo femenino propone no solo un cambio cuantitativo en la presencia de mujeres en roles de poder, sino un cambio cualitativo en cómo esos roles son concebidos y ejecutados. Las líderes femeninas están introduciendo maneras de liderar transformadoras que permiten soluciones más creativas y efectivas, las cuales son cruciales para enfrentar los retos económicos, sociales y ambientales de nuestra época.
En este contexto, las líderes femeninas juegan un papel crucial. Alentar a las mujeres a asumir roles de liderazgo con confianza y determinación abre la puerta a estilos de liderazgo que, tradicionalmente, han sido subestimados en entornos dominados por hombres y desafía los paradigmas establecidos sobre el trabajo y la vida.
En este Día Internacional de la Mujer, tomemos la oportunidad de reconocer y celebrar no solo el acceso de las mujeres a puestos de liderazgo, sino también la forma en que estos están transformando nuestra percepción del éxito, y, reafirmemos nuestro compromiso con una visión de liderazgo que no solo aproveche las cualidades únicas de las mujeres, sino que también respete y fomente su bienestar integral. El futuro del liderazgo efectivo y resonante es, indudablemente femenino, y se enmarca en la lucha continua por un mundo más justo y equitativo.
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Ryan - Lussich & Asociados


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