Se trató de un cartonero de la ciudad de Rosario que fue acusado por el Juzgado de Sentencia número 3 de explotar sexualmente a una menor de 12 años y recibió una condena de ocho años de cárcel.

Ahora la Sala III de la Cámara Penal decidió absolverlo -luego de dos años y medio- tras reconocer el error de la justicia, ya que se había confundido a la persona con otra del mismo nombre.

El abogado de la víctima, Pedro Adrián Ruiz, sostuvo que “la selección penal de los organismos de investigación, que ante un delito tan sensible y preocupante para la comunidad, a los fines de mostrar estadística de éxito en el trabajo, terminan atropellando a personas vulnerables". Asimismo, agregó: “Se puso fin a dos años y medio de injusticia”.

En la investigación, la justicia involucró a esta persona por el relato de la niña, quien mencionó su nombre. A pesar de que la defensa se quejó por la falta de pruebas, el juez lo mandó a prisión.

Cabe señalar que la descripción de la menor no coincidía con la fisonomía del acusado, ni con su domicilio. Los testigos, además, no avalaron que el cartonero tuviera los bienes que relató la víctima.

En su declaración, la niña describió al supuesto proxeneta como un hombre delgado que tiene una cicatriz en la cara y pelo negro corto. Para la Cámara, estos datos no eran coincidentes con la persona detenida.

El fallo, firmado por los jueces Georgina Depetris, Guillermo Llaudet Maza y Adolfo Prunotto Laborde, sostiene que "no se trata de poner en duda la veracidad del testimonio de la menor, revictimizándola aún más allá de la terrible y dolorosa situación a la que ha sido sometida y que le han hecho vivir; pero sí, de la exactitud de un relato, que puede emerger como el resultado de numerosas inferencias de parte de los profesionales que han acudido en su ayuda, e inclusive de sus familiares".