Con mucho pesar, el estudio Beccar Varela comunica el fallecimiento de su querido socio consejero, Dr. Emilio Nicolás Vogelius, ocurrido el pasado 22 de junio en la ciudad de Buenos Aires.
Emilio se recibió de abogado en la Universidad de Buenos Aires en 1976. Inició su carrera en la Justicia Nacional en lo Comercial y fue secretario a cargo de la Secretaría N°6 del Juzgado Nacional de Primera Instancia en lo Comercial N°3. Ingresó a Beccar Varela en 1980, donde colideró los departamentos de Arbitraje y Derecho de la Salud – Life Sciences. Emilio focalizó su práctica tanto en litigios y arbitrajes como en derecho corporativo y patentes & marcas, especialmente aplicados a la industria farmacéutica. Destacado experto en arbitraje, supo actuar tanto de abogado de parte como de árbitro en complejos arbitrajes domésticos e internacionales. Emilio fue un excelente profesor, así como un notable orador; participó en múltiples congresos y publicó numerosos trabajos sobre temáticas relacionadas con su especialización. Fue presidente del CEMA (Centro Empresarial de Mediación y Arbitraje) y asesor legal de CAEME (Cámara Argentina de Especialidades Medicinales).
Emilio se destacó por su humildad y generosidad, así como por su predisposición permanente a compartir sus conocimientos con pares y estudiantes, convirtiéndose de esta forma en un líder natural. Horacio E. Beccar Varela, socio administrador de la firma, lo recuerda como “un gran estratega, que impresionaba en su profundidad y en su poder de detectar los aspectos relevantes de un caso, sin marearse jamás por los aspectos secundarios. En lo personal fue un gran apoyo, anteponiendo siempre a sus intereses personales lo que en cada ocasión resultaba mejor para el estudio. En más de una situación busqué y encontré sus sabios y desinteresados consejos”. Por su parte, el socio Gonzalo García Delatour afirma que “Emilio nos deja un enorme legado. Los clientes lo adoraban y confiaban plenamente en su enorme talento y pragmatismo para dar solución a los problemas. Fue también muy respetado y admirado por sus colegas. En mi caso, ha sido además un ‘gran maestro’. Siempre con la palabra justa, analítico y un gran estratega a la hora de encarar los conflictos. Sin dudas, un abogado de empresas con todas letras, pero por sobre todas las cosas, una gran persona”.
Emilio disfrutaba de la literatura, e incluso solía escribir breves relatos y cuentos. Era un apasionado de la historia, en especial la militar, y un gran coleccionista de objetos vinculados a la historia. Le gustaba mucho el fútbol y siempre será recordado como un hincha fanático del “Chaca”. En palabras de Ana Andrés, socia de Beccar Varela, Emilio deja “una gran huella y recuerdos imborrables en todos los que tuvimos la fortuna de trabajar e interactuar con él. Un maestro incansable, que le ponía pasión a todo lo que hacía, pero, por sobre todo, una excelente persona. Siempre atento no solo a los aspectos profesionales sino también personales de cada uno de nosotros. Lo vamos a extrañar mucho”.
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